Moscú, 10 abr (.).- El número de empresas rusas que se han visto afectadas económicamente por el COVID-19 creció en una semana de un 73 % a un 84 %, declaró hoy la gobernadora del Banco Central de Rusia (BCR), Elvira Nabiúlina.
"Nuestra encuesta semanal de las empresas muestra que un 84 % de las empresas -frente al 73 % la semana pasada- siente en carne propia los efectos económicos negativos provocados por el coronavirus, incluyendo la caída del curso del rublo", afirmó durante su conferencia de prensa semanal.
Según la funcionaria, el Banco Central toma medidas para apoyar al empresariado ruso, especialmente las pequeñas y medianas empresas (pymes), aunque lamentó que el sistema responda "con mucha lentitud".
"Hemos recibido más de 900 solicitudes por un monto de 6.000 millones de rublos (cerca de 82 millones de dólares); se han aprobado hasta ahora 234 solicitudes, por un valor, muy pequeño, de 76 millones de rublos (alrededor de un millón de dólares", afirmó.
Pese a ello, la presidenta del Banco de Rusia trato de transmitir un mensaje de tranquilidad.
Aunque admitió que "la situación en la economía global continuó deteriorándose" a lo largo de esta semana, destacó que en los mercados financieros globales "la situación fue relativamente estable", algo que explicó con las "medidas sin precedentes" tomadas por los gobiernos y bancos centrales de diversos países.
"Prácticamente en todos los países, incluyendo a Rusia, se observa un crecimiento considerable de los mercados de acciones", argumentó.
A ello, Nabiúlina añadió la estabilización de los precios del petróleo en el contexto de las negociaciones de OPEP+, aunque admitió que éstos continúan bajos.
"El acuerdo de la OPEP+ está llamado a reducir el riesgo de una mayor caída de los precios del petróleo a consecuencia, entre otras cosas, del llenado completo de los almacenes en condiciones de una demanda muy baja", explicó.
En ese sentido, recaló que el BCR parte tradicionalmente de un "pronóstico conservador del precio del petróleo y de sus exportaciones" a la hora de tomar decisiones en materia de política financiera y crediticia.