Por Kevin Yao y Stella Qiu
PEKÍN, 16 sep (Reuters) - La desaceleración de la economía china se profundizó en agosto, con el ritmo más lento de crecimiento de la producción industrial en 17 años y medio, en un contexto de aumento de la presión comercial de Estados Unidos y de debilitamiento de la demanda interna.
Las ventas al por menor y los indicadores de inversión también empeoraron, según mostraron datos publicados el lunes, lo que refuerza la opinión de que es probable que China reduzca algunos de sus tipos de interés clave esta semana por primera vez en más de tres años para evitar una caída más acusada de la actividad.
A pesar de las numerosas medidas adoptadas desde el año pasado para impulsar el crecimiento, la segunda economía más grande del mundo aún no se ha estabilizado, y los analistas dicen que Pekín necesita más estímulos para evitar una desaceleración más pronunciada.
El crecimiento del producto industrial se ralentizó inesperadamente hasta el 4,4% en agosto en comparación con el mismo período del año anterior, el ritmo más lento desde febrero de 2002, tras el 4,8% de julio. Los analistas encuestados por Reuters habían pronosticado un repunte del 5,2%.
En concreto, el valor de las exportaciones industriales entregadas cayó un 4,3% interanual, la primera caída mensual desde hace al menos dos años, según mostraron los registros de Reuters, lo que pone de relieve el creciente número de víctimas entre los productores chinos a causa de la escalada de la guerra comercial chino-estadounidense.
"Después de un empeoramiento generalizado en julio, el crecimiento de la producción industrial, el gasto en bienes de equipo y las ventas al por menor cayeron aún más el mes pasado", dijo Martin Lynge Rasmussen, economista de China en Capital Economics en Singapur.
" Dada la improbable recuperación en un futuro próximo, anticipamos que los responsables de la política monetaria suavizarán aún más las condiciones monetarias en los próximos meses".
En agosto se produjo una dramática escalada en la amarga disputa comercial, al anunciar el presidente Donald Trump nuevos aranceles a los productos chinos a partir del 1 de septiembre, y al dejar China que su moneda, el yuan, se debilitara bruscamente días después.
Después de que Pekín respondiera con aranceles de represalia, Trump dijo que los gravámenes existentes también se aumentarían en los próximos meses, en octubre y diciembre.
Si bien ambas partes están dispuestas a reanudar las negociaciones cara a cara a principios de octubre, la mayoría de los analistas no esperan un acuerdo comercial duradero, ni siquiera una desescalada significativa, en un futuro próximo.
"Agosto suele ser un mes en el que los exportadores preparan los pedidos de productos navideños, pero la cifra muestra que los fabricantes no son muy optimistas sobre la perspectiva de las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos, y que son cautelosos a la hora de acumular inventarios", dijo Nie Wen, economista de Hwabao Trust en Shanghái.
(Información de Huizhong Wu, Kevin Yao y Stella Qiu, Cheng Leng ; editado por Sam Holmes y Kim Coghill; traducido por Tomás Cobos)