Londres, 19 ene (EFE).- El Banco de Inglaterra descartó hoy un aumento de los tipos de interés a corto plazo en el Reino Unido, en el mínimo histórico del 0,5 % desde 2009, al evaluar que aún existen riesgos para la economía británica y la global.
En una conferencia en la universidad Queen Mary de Londres, el gobernador del banco central, el canadiense Mark Carney, dijo que, al comenzar el 2016, "se ha visto claro que no es momento de subir los tipos".
Carney indicó que el Banco de Inglaterra no seguirá el ejemplo de la Reserva Federal estadounidense, que subió el precio del dinero en diciembre por primera vez desde 2006, y subrayó que el incremento "depende de las perspectivas económicas, no del calendario".
El gobernador explicó que, antes de votar a favor de una subida, el comité de política monetaria de la institución se guiará por tres factores: un mayor crecimiento económico en el Reino Unido, salarios más altos y una recuperación de la inflación.
"Progresos en esas tres áreas incrementarían la confianza de que un aumento gradual y limitado de los tipos" no socavará la meta de "devolver la inflación hasta un objetivo sostenible", afirmó.
Al argumentar su posición contraria a un aumento prematuro, señaló que "el mundo es más débil y el crecimiento del Reino Unido se ha desacelerado", mientras que, debido a la caída de los precios del petróleo, "la inflación ha caído y probablemente seguirá cayendo".
"Haremos lo correcto en el momento adecuado", aseguró.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó hoy a la baja las previsiones de crecimiento global, hasta un 3,4 % en 2016 y 3,6 % en 2017, debido a un repunte menor del esperado en los países avanzados y las dudas sobre los emergentes, con China en plena desaceleración y Brasil en aguda recesión.
Para el Reino Unido, una de las economías desarrolladas que más ha crecido en los últimos años, prevé una expansión del 2,2 % en 2016 y 2017, sin cambios respecto a sus predicciones de octubre.
Pese a la recuperación, la economía británica, basada en el sector de los servicios, sigue sufriendo un déficit de producción industrial y de exportaciones, debido en parte a la fortaleza de la libra esterlina, junto con una progresión muy lenta de los sueldos y una inflación baja, que se situó en un 0,2 % en diciembre tras un año de crecimiento cero.