Tokio, 17 ene (.).- El Banco de Japón (BoJ) comenzó este lunes su reunión mensual sobre política monetaria, con la vista puesta en signos incipientes de inflación y el posible impacto económico de la nueva ola de contagios ante la expansión de ómicron.
Se espera que la entidad mantenga su política de flexibilidad monetaria, pero podría revisar el pronóstico de inflación para el próximo año fiscal de 2022 (que inicia este abril) al término de la reunión de este martes, señalaron fuentes cercanas a la agencia local de noticias Kyodo.
El BoJ pronosticó en su informe de previsiones económicos publicado en octubre pasado un aumento del índice de precios al consumo (IPC) del 0,9 % para el año fiscal de 2022, pero podría elevar esta previsión en sus nuevas estimaciones, que publicará mañana.
El incremento de los precios de la energía y las materias primas se ha situado en la tercera economía mundial en su nivel más alto de las últimas cuatro décadas, lo que en noviembre del año pasado derivó en la subida del IPC en un 0,5 % interanual.
Esta moderada evolución, impulsada principalmente por el encarecimiento de la factura energética, está no obstante todavía alejada de la meta inflacionaria del 2 % establecida por el Banco de Japón hace una década.
Los niveles de inflación en Japón están todavía muy por debajo de los niveles de Europa o Estados Unidos, país este último donde la rápida escalada de precios ha llevado a la Reserva Federal (Fed) a decidir reducir su programa de compra de bonos y elevar los tipos de interés.
El BoJ mantiene los tipos de interés a corto plazo en un 0,1 % negativo a través del control de la curva de rendimientos y orienta el rendimiento de bonos del estado a 10 años en torno al interés cero.
Durante la pandemia otorgó fondos a los bancos para extender los préstamos a las empresas afectadas por la crisis económica derivada, así como la compra extensiva de bonos corporativos y de pagarés para combatir los efectos de la crisis sanitaria.
La semana pasada el BoJ elevó sus prospecciones económicas en todo el país, tras los signos de recuperación reflejados en el consumo y la producción de los últimos meses, aunque la reciente ola de contagios provocada por la variante ómicron aumenta los temores por un posible impacto económico.