Managua, 19 oct (.).- La economía nicaragüense cayó un 4,4 por ciento interanual en el segundo trimestre de este año y un crecimiento de 1,6 por ciento en promedio anual, informó hoy el Banco Central de Nicaragua (BCN).
El segundo trimestre de este año, es decir de abril a junio, que coincidió con el estallido social en Nicaragua que ha dejado cientos de muertos, "fue el más afectado por la situación sociopolítica", indicó el banco emisor del Estado en un informe.
El BCN agregó, sin embargo, que prevé "una recuperación durante los siguientes trimestres".
Por el enfoque del gasto, la evolución interanual del PIB del segundo trimestre estuvo determinada por la disminución de la demanda interna, comportamiento parcialmente contrarrestado por la demanda externa neta.
En el segundo trimestre, en la demanda externa neta se observó disminución en las exportaciones (-6,8 %) y en las importaciones (-7,8 %), precisó.
Por su parte, se registró reducción en el consumo (-4,1 %) y en la formación bruta de capital (-7,4 %), detalló.
El Gobierno calculaba antes de la crisis sociopolítica que atraviesa desde el 18 de abril que la economía crecería en 2018 entre un 4,5 por ciento y un 5 por ciento, pero el Banco Central actualizó su proyección y ahora estima un repunte de solo entre 0,5 y 1,5 por ciento.
Mientras, la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) advirtió en un informe en julio de que si la crisis dura hasta diciembre la economía se contraerá 5,6 por ciento, con una pérdida de 1.400 millones de dólares y quizás medio millón de empleos.
Nicaragua vive una crisis social y política desde abril, que ha generado varias protestas contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega y un saldo de entre 322 y 512 muertos y más de 300 "presos políticos", según organismos de derechos humanos locales y extranjeros, mientras que el Ejecutivo cifra en 199 los fallecidos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de "más de 300 muertos", ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.
Ortega rechaza esos señalamientos y sostiene que se trata de un intento de "golpe de Estado".
Las protestas contra Ortega comenzaron el 18 de abril pasado, por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder.