Sao Paulo, 12 may (.).- El sector de servicios de Brasil retrocedió en los tres primeros meses del año el 4,6 % con respecto al mismo periodo de 2016, en medio de una profunda crisis económica que ha paralizado la demanda interna en el país, informó hoy el Gobierno.
La facturación en el periodo enero-marzo de este año fue un 1,1 % mayor comparado con los tres primeros meses de 2016, informó el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En marzo los servicios se desplomaron el cinco por ciento frente al mismo mes del ejercicio anterior, aunque los ingresos consiguieron acabar en positivo y avanzar el 1,0 %.
El dato de marzo es la mayor caída desde que se inició la serie en 2012 para ese mes y sigue la tendencia de los dos primeros meses de este año, pues los servicios cayeron en febrero el 5,3 % y el 3,5 % en enero, siempre comprado con el mismo periodo de 2016.
El sector registró en los últimos doce meses una caída total del 5 %, mientras que la variación en la facturación fue prácticamente nula con un tímido avance del 0,1 %.
La actividad más golpeada fue la de servicios técnico-profesionales, que bajaron en marzo el 16,5 %, en línea con otros como el transporte aéreo (-9,6 %), el terrestre (-5,2 %), las actividades turísticas (-4,6 %) o las del segmento audiovisual (-4,6 %).
No obstante, los servicios relacionados con tecnologías de la información resistieron en positivo y avanzaron en marzo el 1,1 %, al igual que el transporte acuático (0,9 %) y los de almacenaje (4,2 %).
La caída en las servicios brasileños es reflejo de la profunda crisis económica que atraviesa el país, cuyo Producto Interior Bruto (PIB) se retrajo más de siete puntos porcentuales en los dos últimos años.
En 2015 la economía del gigante sudamericano cayó un 3,8 %, su peor resultado en los últimos 25 años, y en 2016 descendió el 3,6 %, con lo que el país encadenó dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930.
La recesión ha provocado una tasa récord de desempleo del 13,7 % de la población activa, lo que se traduce en 14,2 millones de personas paradas, según datos oficiales correspondientes a marzo.
La retracción en los principales sectores de la economía de Brasil es consecuencia, entre otros factores, de la congelación de la demanda interna, que históricamente siempre ha impulsado al gigante sudamericano.