Madrid, 9 mar (.).- La falta de aceite de girasol por la guerra en Ucrania, país del que España importa más del 60 % de este producto, ha puesto el foco en el aceite de oliva como sustituto, lo que ha aumentado sus precios en origen y lleva ya a algunos expertos a advertir de su desabastecimiento si el conflicto bélico perdura.
Las grandes cadenas de supermercados han comenzado esta semana a racionar el aceite de girasol ante el incremento de compras que estaban haciendo los consumidores en previsión que pueda llegar a faltar, y también por la escasez de un producto que es muy usado al por mayor en la restauración y las conservas.
Desde el sector de los aceites y también desde el Gobierno, se ha destacado que España tiene la suerte de ser el primer productor de aceite de oliva del mundo, con el 45 %, y que esta grasa puede paliar la falta del girasol.
España sólo consume de manera interna un tercio del aceite de oliva que produce (el resto se exporta), y la cantidad normal que poner en el mercado final es de unas 190.000 toneladas.
Si la falta de aceite de girasol provocara el consumo, como sustitución, de unas 90.000 de esas toneladas, a lo que hay que sumar que la próxima campaña productora se prevé que sea mala por la sequía, "puede haber muchas tensiones de precio y de desabastecimiento de aceite de oliva".
Es el análisis que ha hecho a Efe el consultor estratégico y experto del sector Juan Vilar, presente este miércoles como ponente en varios paneles de la feria mundial del aceite de oliva World Olive Oil Exhibition (WOOE) que se celebra en Ifema, en Madrid.
"Es que no hay", asegura Vilar, quien abunda que "el stock de seguridad de la oferta sobre la demanda es de esas 190.000 toneladas nominales y que si se detraen unas 90.000 es muy probable que los mercados se vean desabastecidos de aceite de oliva.
Simplemente, con que haya un incremento adicional por algún otro factor de consumo, va a haber un desabastecimiento".
INCREMENTO DE PRECIOS EN ORIGEN
Respecto al aumento de precios en origen que ha sufrido el aceite de oliva esta semana, que se ha situado por encima de 3.400 euros por tonelada en el virgen extra, casi 3.400 en el virgen y más de 3.200 en el lampante, Vilar ha indicado que la guerra en Ucrania ha acentuado un problema que ya estaba presente debido a las malas previsiones de producción para la próxima campaña.
A esos dos factores se suma el incremento de los costes de producción que han provocado las alzas en la energía y las materias primas.
Este aumento de precio es, a su juicio, una mala noticia, ya que si bien en el corto plazo puede suponer un beneficio para los productores de aceite, tanto la demanda como la distribución se deterioran y eso en el largo plazo perjudica a todo el sector.
Además, es un factor que puede incidir en el desabastecimiento, en este caso por el hecho de que se ponga en el mercado menos aceite, ya que a estos precios de origen el envasador "va a comprar lo que realmente necesite" y no más, según Vilar.
LAMPANTE Y ORUJO, LOS QUE MÁS SE PUEDEN BENEFICIAR
En España, el aceite de oliva y el de girasol son los que más se consumen en los supermercados, y ante la falta de este último, las variedades del aceite de oliva lampante y orujo, que son las más económicas, son las que más se pueden ver ahora beneficiadas.
Así lo ha comentado a Efe el director general de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), Primitivo Fernández, presente también en la WOOE y quien integra además asociaciones interprofesionales del aceite de oliva y del aceite de orujo de oliva.
En su opinión, ante la falta de aceite de girasol, "la industria tiene que adaptarse" y si España es el primer productor de aceite de oliva y también de orujo "tiene que aprovecharlo".
En cuanto a los precios al consumidor final que se puedan llegar a pagar ahora por el aceite de oliva, el responsable de mercado de la cadena Alcampo, Juan Carlos Marín, también panelista esta jornada en el WOOE, ha dicho a Efe que el de oliva va a ser más caro pero dada la situación que vive el de girasol, no se sabe qué precio va a alcanzar.