México, 21 sep (EFE).- El emblemático rascacielos de la Torre
Latinoamericana, símbolo de la capital mexicana y construido a
mediados del siglo pasado, iniciará una profunda remodelación en los
próximos meses para albergar en 2010 un hotel que ocupará 20 de sus
44 pisos, dijeron a Efe fuentes cercanas al proyecto.
La torre, que en su día fue el primer rascacielos con que contó
Ciudad de México, "sigue siendo un icono y un punto de referencia"
en la urbe mexicana, explicó uno de los actuales administradores del
edificio, quien pidió no ser identificado.
El objetivo inicial de este plan, que ve con buenos ojos el
gobierno del Distrito Federal, es comenzar en noviembre de este
mismo año y concluir en 2010, año en que este país celebrará el
centenario de la Revolución mexicana y los doscientos años de la
Independencia del país.
Por el momento, las fuentes consultadas evitaron revelar el monto
de la inversión y el nombre del o los inversores para la
construcción del nuevo hotel, o si son mexicanos o extranjeros.
Sin embargo, el periódico Milenio informa en su edición de hoy
que al plan podrían destinarse 160 millones de pesos (unos 14
millones de dólares). Aclara también que los pisos que ocupará el
establecimiento hotelero serán del 16 al 35.
La Torre Latinoamericana, con 189 metros de altura, fue durante
muchos años el edificio más alto del país y durante su construcción
rompió varios récords en ingeniería, según datos de la Secretaría de
Turismo del Distrito Federal.
Su construcción empezó en 1949 y terminó en 1956, en un predio
ocupado antiguamente por el antiguo Convento de San Francisco, que
fue destruido, y donde actualmente confluyen las calles Francisco I.
Madero y Eje Central Lázaro Cárdenas.
En lo más alto de la torre hay un mirador abierto que cada semana
visitan unas 7.000 personas.
Para la edificación del rascacielos se utilizaron novedosas
técnicas de cimentación, ya que el lugar se encuentra en una zona
sísmica.
La torre se salvó del terremoto de 1957, que hizo caer la
escultura del Ángel de la Independencia, en la capital, destruyó la
catedral de Colima, en el oeste de México, y dejó un saldo de 90
muertos y 300 heridos.
Aquello le valió un reconocimiento internacional como el edificio
más alto que había resistido un gran sismo sin daños.
En 1985 volvió a sufrir daños mínimos en sus plantas bajas en el
famoso terremoto de 8,1 grados en la escala Richter, que dejó miles
de muertos e hizo que varios edificios del centro se desplomaran.
EFE
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