Lucía Leal
Washington, 30 jul (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, volvió a implicarse hoy en negociaciones con legisladores demócratas y republicanos para elevar el techo de la deuda, mientras los planes de ambos partidos para lograrlo se estrellaban en las dos Cámaras.
En un fin de semana clave para evitar que el Tesoro estadounidense se declare parcialmente en cese de pagos el próximo martes, el obstruccionismo continuó protagonizando hoy las tensas negociaciones que mantuvieron activos tanto a la Casa Blanca como al Capitolio.
En una agitada votación, la Cámara de Representantes de mayoría republicana rechazó, por 246 contra 173 votos, la propuesta demócrata para alzar el techo de la deuda que ahora se sitúa en 14,3 billones, antes aún de que el Senado iniciara los trámites para votarla.
Los republicanos optaron así por devolver el golpe que el Senado asestó el viernes a la propuesta del presidente de la Cámara baja, John Boehner, al bloquearla poco después de que fuera aprobada en ese hemiciclo.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, aseguró en una conferencia de prensa tras la votación que había hablado hoy por teléfono tanto con el vicepresidente, Joe Biden, como con Obama, y opinó que el mandatario debería estar presente en cualquier negociación para llegar a un consenso.
"Confío plenamente en que lograremos un acuerdo en un futuro muy próximo", aseguró McConnell, mientras que Boehner subrayó que los estadounidenses pueden estar seguros "de que esta crisis se acabará" y de que "no habrá cese de pagos".
Ese optimismo contrastó con la frustración que Reid expresó más tarde en el pleno del Senado, después de una visita a la Casa Blanca junto a la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Los dos legisladores se reunieron con Obama poco después de que el plan de Reid se estrellara en la Cámara baja, en un encuentro del que no han trascendido detalles.
"No es cierto que estemos cerca de un acuerdo significativo", dijo Reid en el Senado tras la reunión. "Y si estamos hoy aquí, es por una sencilla razón: el filibusterismo", añadió.
El líder demócrata pasó la mañana inmerso en intercambios con los republicanos para garantizar el éxito de la votación programada para la madrugada del domingo (01.00 hora local, 05.00 GMT), un voto de procedimiento para limitar el debate y asegurar que la medida puede votarse definitivamente a primera hora del lunes.
Para ello, Reid necesita una mayoría de 60 votos, lo que obliga a los demócratas, que controlan la Cámara, a asegurarse el respaldo de al menos siete republicanos.
Ese objetivo pareció hoy lejano cuando McConnell entregó a Reid una carta en la que 43 de los 47 senadores republicanos se comprometían a votar en contra esta madrugada.
Reid ha modificado en los últimos días su plan para añadirle elementos impulsados por McConnell, y su propuesta incluye ahora una elevación de la deuda en dos fases, hasta llegar a 2,4 billones, y una reducción del déficit en 2,2 billones de dólares en la próxima década.
No obstante, carece de un mecanismo que establezca cómo actuar si el Congreso no consigue reducir el déficit en los niveles esperados, lo que se ha convertido en el principal argumento de muchos republicanos para rechazar el plan.
"Es hora de que acabemos con este teatro del absurdo", dijo tras la votación en la Cámara baja una decepcionada Nancy Pelosi, que instó a los legisladores de ambos partidos a priorizar una solución "real". EFE