TOKIO, 17 nov (Reuters) - Las exportaciones japonesas interrumpieron en octubre siete meses de crecimiento de dos dígitos debido a la ralentización de los envíos de automóviles, ya que las limitaciones de la oferta mundial afectaron a los principales fabricantes del país.
La ralentización del crecimiento muestra la vulnerabilidad de Japón a los cuellos de botella de la cadena de suministro, que han sido especialmente perjudiciales para la industria del automóvil y han ensombrecido las perspectivas.
Las exportaciones aumentaron un 9,4% interanual en octubre, según mostraron el miércoles los datos del Ministerio de Finanzas nipón, ligeramente por debajo de la previsión media del mercado de un aumento del 9,9% en una encuesta de Reuters. El aumento siguió al del 13,0% del mes anterior y fue la expansión más débil desde el descenso de febrero. Los envíos de automóviles cayeron un 36,7%.
"Aunque los fabricantes de automóviles están planeando una 'producción de revancha' en noviembre y diciembre, los nubarrones aún se ciernen: la escasez de semiconductores durará al menos hasta finales de año, y nadie sabe si los planes de los fabricantes de automóviles para evitar el impacto de la escasez de chips ajustando sus cadenas de suministro tendrán éxito", dijo Ryosuke Katagi, economista de mercado de Mizuho (T:8411) Securities.
"Arrastrado por los automóviles, el lento crecimiento de las exportaciones durará el resto de 2021".
Las importaciones aumentaron un 26,7% hasta octubre, por debajo de las previsiones de un incremento del 31,9%, lo que situó la balanza comercial en un déficit de 67.400 millones de yenes (586,60 millones de dólares), frente a la estimación media de un déficit de 310.000 millones de yenes.
Otros datos oficiales mostraron que los pedidos básicos de maquinaria, que sirven de indicador de los gastos de capital en los próximos seis a nueve meses, se mantuvieron estables en septiembre respecto al mes anterior, sin llegar a un aumento esperado del 1,8%.
Los pedidos básicos, más débiles de lo esperado, indican la reticencia de las empresas japonesas a comprometerse con un mayor gasto de capital, ya que los cuellos de botella de la oferta suponen un riesgo para las perspectivas.
La economía japonesa se contrajo más rápido de lo previsto en el tercer trimestre debido al descenso del consumo, el gasto empresarial y las exportaciones, que se vieron afectadas por el resurgimiento de las infecciones por COVID-19 y las interrupciones en el suministro de chips y piezas.
(1 dólar = 114,9000 yenes)
(Información de Kantaro Komiya y Daniel Leussink; información adicional de Kentaro Sugiyama; edición de Sam Holmes; traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)