Por Ahmed Eljechtimi
RABAT, 16 mar (Reuters) - Marruecos está más adelantado en su programa de vacunación contra el COVID-19 que cualquier otro país africano, pero los inmigrantes indocumentados no forman parte de sus planes, lo que podría socavar los esfuerzos para hacer frente a la enfermedad.
La pandemia de COVID-19 ha hecho estragos en el sector turístico de Marruecos y ha provocado un descenso de las exportaciones industriales. El país espera que el programa de vacunación ayude a su economía a recuperarse.
Su tasa de vacunación de 14 dosis por cada 100 personas ha superado a países mucho más ricos como Francia o Italia.
Hasta ahora, el programa se ha concentrado en los médicos, profesionales esenciales, las personas mayores y los enfermos crónicos, pero el Gobierno tiene el objetivo declarado de alcanzar la inmunidad de grupo este verano.
Marruecos ha obtenido 8,5 millones de dosis, entre ellas 7 millones de AstraZeneca (LON:AZN) y 1 millón de la empresa china Sinopharm, y se espera que también apruebe la vacuna rusa Sputnik.
Preguntado por los riesgos que podría suponer no vacunar a los inmigrantes indocumentados, una autoridad del Ministerio de Sanidad encargado de la campaña de vacunación dijo que aún no había una decisión oficial al respecto.
La autoridad añadió que se había vacunado a decenas de miles de residentes extranjeros legales.
Situado a 14 km de España, al otro lado del estrecho de Gibraltar, Marruecos acoge desde hace tiempo a una gran comunidad de inmigrantes africanos que buscan llegar a Europa.
Aunque ha concedido la residencia a más de 50.000 de ellos desde 2013 como parte de un esfuerzo más amplio para crear alianzas al sur del Sahara, un gran número sigue sin tener papeles formales.
"Todos tomamos los mismos autobuses y taxis y vamos a los mismos restaurantes y mercados", dijo Franck Iyanka, un congoleño del sindicato ODT, instando a las autoridades a incluir a los migrantes indocumentados en sus planes.
Su sindicato es uno de los varios grupos de Marruecos que se unieron la semana pasada para pedir al Estado que amplíe la residencia a más inmigrantes mediante la expedición de documentación temporal.
No hay cifras oficiales sobre el número de inmigrantes indocumentados en Marruecos. Iyanka dijo que había al menos 20.000.
Conde Cema, un vigilante de seguridad guineano en Rabat, que ya ha intentado sin éxito cruzar dos veces a Europa, dijo que quería vacunarse pero que no podía porque su permiso de residencia había expirado y su empleador no le había renovado el contrato de trabajo.
"Estoy dispuesto a vacunarme, pero sin un número de tarjeta de residencia válido no puedo inscribirme", dijo este hombre de 36 años, que tiene un bebé de 11 meses.
(Información de Ahmed Eljechtimi; editado por Angus McDowall y Mike Collett-White, traducido por Michael Susin en la redacción de Gdansk)