Washington, 22 dic (.).- Los efectos que la variante delta tuvo sobre la pandemia en Estados Unidos, así como la retirada de muchas de las ayudas del Gobierno fueron los principales factores que provocaron una abrupta desaceleración de la economía estadounidense en el tercer trimestre.
Así lo muestran los datos conocidos este miércoles, según los cuales el avance intertrimestral del producto interior bruto fue de seis décimas entre julio y septiembre, lo que colocó el crecimiento interanual en el 2,3 %, según el tercer y último cálculo publicado por la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés).
Ambos registros han mejorado con respecto al segundo cálculo del Gobierno, una décima en el caso del avance intertrimestral y dos con respecto al interanual, pero quedan muy lejos del crecimiento registrado en el segundo trimestre (el 1,6 % intertrimestral y el 6,7 % interanual)
"En el tercer trimestre el resurgimiento de los casos de Covid-19 resultaron en nuevas restricciones y demoras en la reapertura de negocios en algunas partes del país", señaló el informe de BEA.
Asimismo las ayudas del Gobierno, en forma de préstamos a las empresas, subvenciones a los gobiernos estatales y municipales y prestaciones directas a los hogares disminuyeron en este periodo.
El gasto de los consumidores, que en EE.UU. equivale a casi dos tercios del PIB, creció apenas un 2 % en el tercer trimestre -un ajuste al alza de dos décimas sobre el cálculo anterior-, muy por debajo del incremento del 12 % entre abril y junio.
La mejora en el gasto de los hogares vino sobre todo por un aumento del gasto en entretenimiento y de los relacionados con el transporte, como por ejemplo los servicios de mantenimiento de vehículos, añadió BEA.
Otro factor del crecimiento fue el aumento en las inversiones de las empresas para aumentar sus existencias en un momento marcado por los problemas en la cadena se suministro.
Hubo, en cambio ajustes a la baja en el valor de las exportaciones, y el aumento en las importaciones que va en detrimento del PIB.
La mayoría de los economistas calcula que el PIB de Estados Unidos crecerá alrededor de un 5,5 % en este año de recuperación tras la crisis de la pandemia y después de la caída del 3,4 % registrada el año pasado.
Sin embargo, las perspectivas de crecimiento se ven amenazadas por la rápida propagación de nuevas variantes del coronavirus.
Estas preocupaciones han motivado abruptos altibajos en días recientes en los mercados de valores y cierto grado de optimismo acerca de los riesgos de la variante ómicron alentó un alza de las cotizaciones esta semana.
Además del resurgimiento de la Covid-19, otro factor que podría ralentizar el crecimiento económico el año pasado es la inflación, que ha llegado a los niveles más altos en casi cuatro décadas.
Este aumento de los precios ha llevado a la Reserva Federal a iniciar el retiro del enorme estímulo monetario que mantuvo desde que comenzó la pandemia en 2020.
La actividad económica ha recuperado vigor desde septiembre, con aumentos firmes del gasto de los consumidores en octubre, cuando el déficit comercial se aminoró por primera vez en varios meses, impulsado por nuevos récords en las exportaciones estadounidenses.