Fráncfort (Alemania), 9 abr (.).- La magnitud de la crisis económica que va a crear la pandemia por el coronavirus no ha sido suficiente para lograr la unidad total en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) al decidir comprar más deuda, después de que se dispararan las primas de riesgo de Italia, España y Grecia.
Una amplía mayoría en el Consejo de Gobierno del BCE apoyó las compras de deuda, por valor de 750.000 millones de euros, tras observar una nueva fragmentación de los mercados de deuda soberana en la zona del euro y la subida de las primas de riesgo de algunos países.
Las actas de la reunión de política monetaria del 18 de marzo, en la que el BCE aprobó estos estímulos monetarios, publicadas hoy, muestran la división en dicho Consejo.
La entidad explica que ya había aprobado algunas medidas el 12 de marzo, "en condiciones en las que la escala de los desafíos no habían sido suficientemente claros".
Por ello, el Consejo de Gobierno del BCE tuvo que volver a analizar la situación, dice en las actas su economista jefe, Philip Lane, quien propuso comprar deuda pública y privada por valor de 750.000 millones de euros hasta finales de año, tras el empeoramiento de la situación económica por la pandemia del COVID-19.
"Una amplia mayoría de miembros (del Consejo de Gobierno) apoyó la propuesta de Lane de lanzar un nuevo programa de compras de emergencia de deuda por la pandemia, con una dotación total de 750.000 millones de euros, hasta final de año", según las actas.
Las compras de deuda por 750.000 millones de euros se suman a las adquisiciones de bonos por 120.000 millones de euros también hasta finales de año, que el BCE había decidido el 12 de marzo.
El Consejo de Gobierno consideró que estas compras de deuda complementarán las acciones que han tomado los gobiernos de la zona del euro y que respetan la separación de política monetaria y fiscal que establece el Tratado de Maastricht.
También los miembros aprobaron ampliamente que las compras se realicen "de una forma flexible" y seguir comprando deuda soberana, según la cuota de capital de cada país en el BCE.
"Una estrategia de compras flexible permitiría fluctuaciones en la distribución de los flujos de compra en el tiempo, en las clases de activos y entre jurisdicciones", añade el informe, en el que el BCE resume las deliberaciones de la reunión del 18 de marzo.
De este modo, la entidad monetaria europea quiere hacer frente a la fragmentación en el mercado de deuda soberana de la zona del euro, en el que habían subido con fuerza las primas de riesgo de países como Italia, España y Grecia.
"En este contexto se vio con buenos ojos también" comprar deuda soberana de Grecia, dado el impacto económico de la pandemia a todos los países y que el Gobierno griego cumplió antes los compromisos acordados con las instituciones de la Unión Europea (UE).
La entidad monetaria seguirá comprando deuda soberana según la clave de capital de cada país en el BCE, aunque de una forma flexible, lo que permitirá que haya fluctuaciones en la distribución de las compras a lo largo del tiempo entre las distintas clases de activos y entre países.
Hasta ahora, las compras no podían superar un 33 % de cada emisor, un límite que se puso para no tener más de una tercera parte de la deuda de un país.
El BCE ha decidido que también va a ser flexible con este criterio de emisión y podría superar ese limite, por lo que podría superar la divisoria que tiene para la deuda de un país.
Algunos miembros expresaron "reservas" respecto a la necesidad de lanzar un nuevo programa de compra de deuda, aunque estaban de acuerdo "en la clara necesidad de actuar".
Mostraron su preferencia por utilizar el juego de herramientas que ya tiene el BCE, como el programa de compras de deuda que reinició en noviembre u otro programa que creó en la crisis de endeudamiento soberano para países que no se podían refinanciar en el mercado de capital, pero que tiene estrictas condiciones y que nunca llegó a aplicar.
En general se consideró que el programa de expansión cuantitativa que el BCE implementó a mediados de 2014, que finalizó en diciembre de 2018 y volvió a aplicar en noviembre del año pasado, no eran tan adecuado, porque el impacto económico por la pandemia es muy grande, común a todos los países y va a ser temporal, añaden las actas.