París, 26 mar (.).- La deuda pública francesa subió hasta el 115,7 % del producto interior bruto (PIB) en 2020, lo que representa más de 2,6 billones de euros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (Insee), mientras que el déficit aumentó hasta el 9,2 % del PIB, el nivel más alto desde 1949.
El golpe, causado por los gastos excepcionales del Gobierno para afrontar la pandemia de la covid y sus consecuencias, es menos importante de lo calculado inicialmente por el Ejecutivo, que había previsto que la deuda llegara al 120 % y el déficit al 11,3 %.
En 2019, antes de la crisis sanitaria, la deuda se situaba en el 97,6 % del PIB y el déficit en el 3 %.
La pandemia de la covid-19 frenó la actividad en Francia y llevó al Gobierno a crear planes de ayuda para evitar la quiebra de las empresas y la pérdida de empleos, con lo que el gasto de la administración se incrementó un 5,5 %, en 73.600 millones de euros.
En paralelo, la caída de la actividad hizo disminuir los ingresos del Estado en un 5 % (63.100 millones de euros), por el bajón en el pago de impuestos y cotizaciones sociales.
El Insee recuerda que la progresión del gasto público y la caída de los ingresos son mucho más pronunciados que en 2009, durante la crisis financiera, cuando los ingresos cayeron un 3 % y el gasto aumentó un 4,1 %. El déficit alcanzó entonces el 7,2 % del PIB.
"Los 18 puntos de deuda suplementaria en 2020 son la consecuencia de la caída de la actividad de la economía francesa y el esfuerzo para dar una protección considerable a nuestros trabajadores y empresas", explicó el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, tras la publicación de los datos.
Para Le Maire, las ayudas del Estado francés permitirán "garantizar una fuerte recuperación de nuestra economía cuando la crisis sanitaria" quede atrás.
"Cuando la actividad económica se enderece, tendremos que empezar a reembolsar esta deuda siguiendo la estrategia definida: crecimiento, control del gasto público y reformas estructurales", añadió en declaraciones a la prensa.
De cara a 2021, el Ejecutivo prevé que el déficit público se sitúe en el 8,5 % del PIB y que la deuda siga aumentando, por encima del 122 %.