Berlín, 14 ago (.).- La economía alemana recuperó dinamismo en el segundo trimestre de 2018 y se mantiene en la senda del crecimiento con una subida del producto interior bruto (PIB) del 0,5 % respecto a los tres primeros meses del año, debido principalmente a la confianza de los consumidores.
El PIB había subido en el primer trimestre del año un 0,4 %, un punto más que lo anunciado inicialmente por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), aunque por debajo de la media trimestral considerablemente elevada del 0,7 % registrada en 2017.
Los principales impulsos para la primera economía europea llegaron del interior, con un aumento tanto del consumo privado como del público, así como de las inversiones, sobre todo en equipamiento y en el sector de la construcción.
La estabilidad del mercado laboral y las perspectivas de incrementos salariales tuvieron un impacto positivo en la confianza del consumidor y en su inclinación a hacer grandes compras, según refleja el indicador mensual publicado a finales de julio por la consultora GfK.
En tanto, el desarrollo económico exterior se caracterizó por un crecimiento de las exportaciones y un aumento aún mayor de las importaciones.
"La economía alemana se muestra robusta a pesar de las incertidumbres exteriores. Los impulsos en la economía y la mayor actividad inversora contribuyen a mantener esta bonanza en el segundo trimestre del año", señala por su parte el Ministerio de Economía en un comunicado.
La producción de la industria alemana aumentó en el conjunto del segundo trimestre del año un 0,4 %; dentro del sector industrial avanzó un 0,3 %, mientras que en la construcción lo hizo -con un 1,6 %- de manera más significativa, subraya.
La cartera de pedidos de la industria alemana sigue siendo muy elevada a pesar de haber registrado en junio un retroceso del 4 % respecto al mes anterior y después del repunte del 2,6 % en mayo, agrega.
Las exportaciones de bienes y servicios registraron en junio un repunte del 7,8 % interanual, aunque respecto a mayo no hubo cambios, mientras que las importaciones subieron un 10,2 % respecto al año pasado y un 1,2 % frente a mayo.
En tanto, la tasa de inflación interanual aumentó en julio un 2 %, debido en gran medida al encarecimiento de los combustibles; en junio y mayo el índice de precios al consumo (IPC) se había situado en el 2,1 % y el 2,2 %, respectivamente.
Entre junio y julio, el IPC subió un 0,3 %.
Para el presidente de la Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK), Martin Wansleben, aunque la dinámica de crecimiento haya mejorado ligeramente después de un inicio de año algo más flojo y el consumo y el auge en el sector de la construcción continúen representando un pilar a nivel interno, no hay motivos para bajar la guardia.
"Los conflictos comerciales están ensombreciendo el contexto internacional y precisamente con este trasfondo es importante que las políticas económicas nacionales hagan todo lo posible por impulsar las inversiones", afirma en un comunicado.
En términos interanuales, la economía alemana avanzó en el segundo trimestre un 2,3 %, frente al 1,4 % entre enero y marzo.
Corregidos los efectos estacionales y de calendario, el PIB avanzó entre abril y junio de 2018 -con un día laborable más que en el mismo periodo del año pasado- un 2,0 % interanual, después de un 2,1 % en el primer trimestre.
Las cifras definitivas del PIB para el segundo trimestre de 2018 se darán a conocer el próximo día 24.