Johannesburgo, 7 dic (.).- La economía de Sudáfrica, la más desarrollada del continente africano, se contrajo un 1,5 % en el tercer trimestre de este año, arrastrada por el "doble golpe" de una tercera gran ola de contagios de covid-19 y de los graves disturbios que vivió el país en julio pasado.
De acuerdo con los datos publicados este martes por el instituto oficial de estadísticas sudafricano, Stats SA, la caída del tercer trimestre erosionó buena parte de la recuperación lograda en la primera mitad de 2021.
Con esas cifras, el producto interior bruto (PIB) sudafricano se mantuvo un "3,1 % más pequeño que antes de la pandemia de covid-19", según indicó Stats SA en su informe.
El trimestre estudiado comprende la etapa final de la grave tercera ola de covid-19 que Sudáfrica vivió entre junio y julio pasados, impulsada por la variante delta, y los graves disturbios de principios de julio.
Estos comenzaron como protestas políticas, pero en poco tiempo degeneraron en una ola de violencia descontrolada en el este y el centro del país, espoleada por los graves problemas socioeconómicos de Sudáfrica (entre ellos el desempleo), y que causaron 354 muertos.
La cifra de paro correspondiente a este trimestre, que fue publicada la semana pasada, confirmó, de hecho, una nueva tasa récord de desempleo del 34,9 %.
La mayoría de los sectores económicos, como los transportes (también afectados por un ciberataque a los puertos en julio) o la industria de manufacturas, vivieron contracciones en este periodo.
La agricultura (-13,6 %) fue el más golpeado, especialmente por los efectos de los disturbios en la oriental provincia de KwaZulu-Natal, que fue la región más afectada.
Pese las dificultades atravesadas en el ecuador del año, el Ejecutivo sudafricano había revisado el mes pasado al alza sus previsiones para 2021 y estimó que el PIB crecería este año un 5,1 %, tras la caída del 6,4 % en 2020 por culpa de la pandemia.
Solo unas semanas después, sin embargo, la detección de la variante ómicron del coronavirus y la rápida imposición de drásticas restricciones de viaje al sur de África han vuelto a enturbiar las perspectivas, especialmente para el crucial sector turístico sudafricano, justo a las puertas de la temporada alta del verano austral.
Sudáfrica, con 3 millones de casos y alrededor de 90.000 muertes, se mantiene como el epicentro de la pandemia en África y actualmente atraviesa el inicio de una cuarta ola presuntamente impulsada por ómicron.