Por Joe Cash y Ellen Zhang
PEKÍN, 13 jul (Reuters) - Las exportaciones chinas registraron en junio su mayor caída en tres años, con un retroceso interanual del 12,4%, mayor de lo previsto, a medida que aumentan las señales de tensión por la difícil situación de la economía mundial, y que las autoridades chinas se enfrentan a una presión cada vez mayor para que adopten medidas de estímulo.
Las importaciones también cayeron más de lo anticipado, un 6,8%, según mostraron el jueves los datos de aduanas. Un sondeo de Reuters entre economistas había pronosticado una contracción de las exportaciones del 9,5% y una caída de las importaciones del 4%.
El impulso de la recuperación de China tras la pandemia se ha ralentizado tras un rápido repunte en el primer trimestre, y los analistas han revisado a la baja sus previsiones económicas para el resto del año, al ralentizarse la producción de las fábricas ante la persistente debilidad de la demanda mundial.
Lv Daliang, portavoz de la Administración General de Aduanas, achacó los malos resultados de las exportaciones a "la débil recuperación económica mundial, la ralentización del comercio y la inversión mundiales y el aumento del unilateralismo, el proteccionismo y la geopolítica", en una rueda de prensa celebrada en Pekín.
Los dirigentes monetarios se enfrentan ahora a la perspectiva de un crecimiento más lento y prolongado en la segunda mayor economía del mundo, de alrededor del 3% anual, según las previsiones de los economistas. Esto supone menos de la mitad de los niveles típicos de las últimas décadas y crea la sensación de una economía en recesión.
El primer ministro chino, Li Qiang, que asumió su cargo en marzo, ha hablado en numerosas ocasiones de la adopción de medidas regulatorias para impulsar la demanda y vigorizar los mercados, pero se han anunciado pocas medidas concretas, y los inversores están cada vez más impacientes.
"De cara al futuro, los vientos en contra del sector exterior siguen siendo fuertes, lo que exige medidas de apoyo a la demanda interna", dijo Zhou Hao, economista de Guotai Junan International.
Los envíos surcoreanos a China, un indicador adelantado de las importaciones chinas, cayeron un 19,0% el mes pasado, el menor descenso desde octubre, aunque sugiere que la demanda de semiconductores y otros componentes utilizados para fabricar productos electrónicos sigue siendo débil.
La demanda de materias primas también mostró indicios de debilidad, con un descenso de las importaciones de cobre del 16,4% en junio respecto al año anterior.
La actividad de las fábricas chinas se ha contraído en los últimos meses, mientras que los precios al consumo se tambaleaban al borde de la deflación en junio y los precios de producción caían a su ritmo más rápido en más de siete años.
El Gobierno ha fijado un modesto objetivo de crecimiento del PIB en torno al 5% para este año, tras haber incumplido gravemente el objetivo de 2022.
(Reporte de Joe Cash; edición de Edmund Klamann; editado en español por Flora Gómez)