La Haya, 6 sep (.).- La inflación en Países Bajos aumentó hasta el 12 % en agosto, la cifra más alta jamás medida en el país desde que empezó el registro mensual en 1963, según la Oficina Central de Estadísticas (CBS), que señaló que el récord anterior se remonta a enero de 1975, cuando el dato fue del 11,1 %.
En julio la inflación subió al 10,3 %, y, como en agosto, el aumento de los precios se debió a la energía (el gas fue considerablemente más caro ante la incertidumbre de si Rusia cortará el suministro), los alimentos y los costes de vivienda, aunque se esperaba que el indicador empezaría a caer a partir de agosto.
Según la CBS, la inflación está afectando a todos los sectores porque los precios también aumentaron en los supermercados, panaderías y carnicerías: la comida fue un 13,1 % más cara en agosto que un año antes. En concreto, el café fue de media un 20 % más caro, los lácteos, un 18 %, y la carne, un 17 %.
Por otro lado, según las previsiones de la oficina central de planificación (CPB), el crecimiento económico en Países Bajos se ralentizará en 2023: el poder adquisitivo caerá un 6,8 % este año y la pobreza infantil podría llegar al 9,5 %, lo que ha presionado al Gobierno a tomar medidas para aliviar a los hogares.
El Gobierno neerlandés planea aumentar el salario mínimo en un 10 % el próximo año, e invertirá unos 15.000 millones de euros para mejorar el poder adquisitivo de la población contra el efecto de la inflación, según acordó la coalición del Gobierno de centroderecha en el memorándum del presupuesto de 2023, que se presentará el 20 de septiembre.
Aunque no prevé implementar ningún cambio de política para abordar la reducción del poder adquisitivo en 2022, el Gobierno sí planea reducir el impuesto a la renta para los tramos impositivos más bajos el próximo año, añade la agencia ANP, que habla de una subida de impuestos para las empresas, las energéticas y las rentas más altas para compensar.