Londres, 17 dic (EFE).- La tasa de inflación en el Reino Unido cayó en noviembre a su nivel más bajo en cuatro años y se situó en el 2,1 por ciento, una décima menos que en el mes anterior, informó hoy la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).
Desde noviembre de 2009, cuando la inflación alcanzó el 1,9 por ciento, este indicador no había estado tan bajo y supone un impulso para el Banco de Inglaterra, cuyo objetivo es que caiga hasta el 2 por ciento.
Desde el pasado agosto, el banco emisor británico vincula el control de la inflación y del desempleo a su política de tipos de interés y, mientras ambos permanezcan estables, los mantendrán en los niveles mínimos históricos actuales.
Según la ONS, entre los factores que influyeron en la caída de la inflación en noviembre figura el estancamiento del precio de los alimentos respecto a octubre y el hecho de que las recientes subidas energéticas no se dejarán notar hasta después de diciembre.
El informe señaló que la inflación interanual en el sector alimentario se situó en el 3 por ciento en noviembre, un 1,3 por ciento menos que el año anterior, cuando el mal tiempo afectó a las cosechas y encareció los productos agrícolas.
No obstante, la subida del coste de la vida continúa superando al incremento salarial del 0,8 por ciento registrado recientemente, apuntó la ONS.
En este contexto, de cara a las compras de Navidad, el precio de los videojuegos, juguetes y pasatiempos subió en noviembre un 2,8 por ciento respecto a octubre, mientras que el incremento anual fue del 1,8 por ciento.
Un portavoz del Ministerio británico del Tesoro destacó hoy que la caída de la inflación a su nivel más bajo en cuatro años demuestra que "el plan económico a largo plazo del Gobierno está funcionando".
"Todos los sectores de la economía están creciendo, el déficit está cayendo y se están creando empleos. Pero el trabajo no ha acabado aún y el Gobierno continuará tomando las medidas duras necesarias para lograr una recuperación sostenible para todos", dijo el portavoz.
El ministro británico de Finanzas, George Osborne, anunció el pasado 5 de diciembre que la economía británica crecerá un 1,4 por ciento en 2013, por encima del 0,6 por ciento pronosticado, y un 2,4 por ciento en 2014, frente al 1,8 por ciento previsto.
También adelantó que el desempleo, actualmente en el 7,6 por ciento, bajará para 2015 al 7 por ciento, el umbral que el Banco de Inglaterra ha fijado para empezar a subir los tipos de interés, que están desde 2009 en el mínimo histórico del 0,5 por ciento. EFE