Por Jonnelle Marte
23 dic (Reuters) - La variante ómicron del COVID-19, que se está extendiendo rápidamente por todo el mundo, ha empezado a dejar su huella en algunos sectores de la economía de Estados Unidos, con la cancelación o aplazamiento de algunos eventos, la reducción de clientes en restaurantes y el cierre de empresas faltas de personal en algunas de las zonas más afectadas del país, como la ciudad de Nueva York.
Sin embargo, aunque diversos economistas afirman que la variante podría ser un lastre para el crecimiento económico a principios del año a punto de estrenar, advierten que es demasiado pronto para calibrar la huella que dejará una mutación del coronavirus que, en conjunto, puede resultar menos grave, pese a ser la más transmisible detectada en los casi dos años de pandemia. También parece improbable en este momento que vaya a impedir un segundo año consecutivo de crecimiento por encima de la tendencia.
Datos preliminares publicados el jueves por el Gobierno del Reino Unido mostraron una probabilidad entre un 50% y un 70% menor de que una infección por ómicron acabe en hospitalización que con la variante delta. Esta información siguió a un estudio divulgado el miércoles en Sudáfrica, donde ómicron fue identificado por primera vez el mes pasado, que sugiere que, aunque la nueva variante produjo un rápido aumento de contagios, los síntomas de la enfermedad que produce son menos graves que anteriores mutaciones.
No obstante, Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics, espera que la economía estadounidense se vea afectada a corto plazo por una ola de coronavirus que podría infectar a más personas que las anteriores, pero que terminaría más rápidamente. Ahora pronostica que la economía estadounidense crecerá un 2% en el primer trimestre de 2022, frente a su previsión anterior del 5%.
"Ómicron ya está afectando al comportamiento de la gente y a las prácticas comerciales", dijo Zandi, señalando un descenso del gasto con tarjetas de crédito en las últimas semanas.
Los saldos de las tarjetas de crédito se redujeron ligeramente en la semana que finalizó el 8 de diciembre, siendo la primera vez desde octubre que no aumentan de una semana a otra, según datos de la Reserva Federal.
Los consumidores también están reduciendo sus salidas a restaurantes a medida que el virus se extiende. El número de comensales en los restaurantes de Estados Unidos bajó un 10% en la semana que terminó el 23 de diciembre, en comparación con la misma semana de 2019, según el portal de reservas de restaurantes OpenTable. Esta cifra es más baja que la del 25 de noviembre, cuando la actividad gastronómica estaba a la par con los niveles de 2019.
"La situación está cambiando rápidamente y esto está lejos del resurgimiento con el que muchos restaurantes contaban para estas vacaciones", dijo Debby Soo, directora general de OpenTable, en un comunicado a Reuters.
Sin embargo, otras partes de la economía parecen estar funcionando como de costumbre por ahora.
El número de estadounidenses que presentaron nuevas solicitudes de prestación por desempleo se mantuvo la semana pasada por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. Y aunque la actividad en los lugares de trabajo se redujo ligeramente la semana pasada después de haber aumentado a principios de diciembre, se mantuvo en línea con la caída observada de cara a las vacaciones de 2019 y fue más fuerte si se compara con la misma época del año pasado, dijo Dave Gilbertson, vicepresidente de la firma de gestión de nóminas UKG.
"Hasta ahora no hemos visto cierres generalizados de negocios, y la demanda de los clientes sigue siendo fuerte en todos los sectores", dijo Gilbertson en un correo electrónico.
Por su parte, la mayoría de los estadounidenses parece más comprometida con sus planes de viaje para las vacaciones. El número de personas revisadas por los controles de seguridad de los aeropuertos en las proximidades de la Navidad es en torno al doble de los volúmenes del año pasado, según los datos de la Administración de Seguridad en el Transporte de EEUU. El total del miércoles superó el nivel comparable de 2019 en unos 144.000 pasajeros, uno de los pocos días hasta ahora que superan los niveles prepandémicos, y con el mayor margen registrado hasta ahora.
DEMASIADO PRONTO
Algunos analistas dicen que puede ser demasiado pronto para que los efectos de ómicron se reflejen en los informes económicos.
La confianza de los consumidores mejoró en diciembre, pero Richard Curtin, director de encuestas a consumidores de la Universidad de Michigan, dijo que se hicieron "muy pocas entrevistas" para captar el impacto de la variante ómicron.
"Es probable que la confianza y el gasto se depriman en enero, pero es demasiado pronto para saber el impacto final de ómicron en la economía", dijo Curtin en un comunicado el jueves.
Algunos economistas están rebajando sus previsiones sobre cuánto crecerán la economía y el mercado laboral de EEUU a principios del próximo año, en medio de un aumento de las infecciones y una disminución de las ayudas fiscales.
Oxford Economics ha rebajado su previsión de crecimiento para el próximo año al 4,1% desde su anterior del 4,4% debido al aumento de las infecciones, y afirma que el crecimiento podría ralentizarse hasta el 3,7% si se bloquea por completo el plan de gasto en infraestructuras del Gobierno estadounidense. Las probabilidades de que el proyecto de ley sea aprobado se redujeron después de que el senador demócrata Joe Manchin dijera que no lo apoyaría, pero algunos analistas afirman que una versión modificada podría acabar por ser aprobado más adelante.
Aneta Markowska y Thomas Simons, economistas de Jefferies, dijeron a principios de esta semana que es probable que la actividad económica se suavice en enero, viendo "una probabilidad relativamente alta" de que el mercado laboral de EEUU pueda registrar una contracción el próximo mes, similar a la de diciembre de 2020, si más empresas despiden temporalmente a sus trabajadores a causa del virus.
El presidente de Estados Unidos anunció esta semana nuevas medidas destinadas a frenar las consecuencias sanitarias y económicas de la oleada de contagios, entre ellas nuevos centros de pruebas y vacunación, más test para realizar a domicilio y una extensión de la suspensión de pagos de los créditos para estudiantes hasta el 1 de mayo de 2022.
Zandi, el economista de Moody's, afirma que, a pesar de la ralentización que espera, el crecimiento podría repuntar rápidamente en el segundo trimestre y la economía de EEUU podría expandirse algo más del 4% el próximo año. Esto supondría casi el doble de la tasa de crecimiento anual de la década anterior a la pandemia.
(Reportaje de Jonnelle Marte; edición de Dan Burns y Andrea Ricci; traducción de Darío Fernández)