Atenas, 23 feb (EFE).- Los trabajadores griegos inician mañana
una huelga general de 24 horas que paralizará la vida activa del
país, incluido el transporte por aire, tierra y mar, en protesta
contra las medidas de ahorro anunciadas por el Gobierno para superar
la crisis económica.
Los colegios, los hospitales, las oficinas públicas, los
ayuntamientos, las aduanas y el sector privado no funcionarán, y sus
empleados se han dado cita en diversas manifestaciones en el centro
de Atenas y en otras grandes ciudades.
Los periodistas y los técnicos de la televisión se han sumado al
llamamiento, lo que resultará en un apagón informativo de 24 horas.
Un total de 400 vuelos, prácticamente todos, incluidos los del
exterior que debían arribar este miércoles, han sido cancelados
debido a la participación en el paro de los controladores aéreos.
A partir de la medianoche de hoy, el espacio aéreo permanecerá
abierto sólo para vuelos de emergencia.
También se han suspendidos los viajes en barco a las cientos de
islas griegas y hacia Italia. En todo el día de mañana tampoco
funcionarán los trenes de larga distancia, ni los de cercanías, ni
el metro o los tranvías. El resto de la locomoción pública efectuará
diversos paros durante la jornada.
La huelga fue convocada por la Confederación General de
Trabajadores de Grecia (GSEE) en respuesta al plan del Ejecutivo de
recortar en un 10% los gastos públicos este año, mediante la
congelación de salarios y el aumento de la edad de jubilación.
"Hemos convocado a una huelga de carácter político", declaró hoy
a la prensa Gianis Panagopulos, presidente de la GSEE, que
representa a un millón y medio de trabajadores públicos y privados.
"El Gobierno no sólo debe sentir las presiones de los mercados,
sino también la de la gente. Los mercados piden medidas más
drásticas y nos desangran", añadió.
La Unión de Funcionarios Civiles (ADEDY), con medio millón de
afilados, y el sindicato afiliado al partido comunista (PAME), han
anunciado que se sumarán a la iniciativa de la GSEE.
"La huelga de mañana debe de ser una respuesta al Gobierno contra
las amenazas de nuevas medidas que bajan la calidad de vida y
desalientan el poder de compra", declaró Spiros Papaspiros,
presidente de la ADEDY.
El Gobierno liderado por el primer ministro, el socialista
Giorgos Papandreou, ha dejado claro que no hay alternativa a la
dolorosa austeridad para superar la crisis económica que padece el
país y que, sin precedentes en las últimas décadas, amenaza la
credibilidad de la zona euro.
Los socios de Grecia en la Moneda Única Europea exigen a Atenas
conseguir este año una reducción del déficit público de 4 puntos
porcentuales, del 12,7% al 8,7% del Producto Interior Bruto (PIB).
El déficit, el mayor de la zona del euro, y la deuda pública de
300.000 millones de euros, junto a la acusación de supuesta
falsificación de datos estadísticos sobre la economía, han mermado
la credibilidad de Grecia en los mercados internacionales.
Actualmente, un equipo de observadores de la Comisión Europea,
del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo se
encuentra en Grecia para supervisar la puesta en práctica de las
medidas exigidas para superar la crisis.
Grecia se ha convertido así en el primer país de la zona euro
sometido a un estricto control de sus socios. EFE