Mar Marín
Lisboa, 27 may (.).- "Cerramos la página de esta crisis, hay que ponerse a trabajar". El primer ministro portugués, António Costa, reaccionaba así a la aprobación del Presupuesto de 2022, que los socialistas sacaron hoy adelante en solitario zanjando la crisis política que estalló el pasado año.
Las cuentas públicas salieron adelante con el voto de los 120 diputados del Partido Socialista y la abstención del animalista PAN, Livre (izquierda) y de tres diputados del Partido Social Demócrata (PSD, conservador) de Madeira, que rompieron la disciplina de voto.
En contra voiaron el PSD -líder de la oposición-, el ultraderechista Chega, Iniciativa Liberal, comunistas y Bloque de Izquierda.
El Presupuesto se basa en el proyecto presentado por Costa el pasado año, cuyo rechazo detonó el adelanto electoral que dio mayoría absoluta a los socialistas en enero, aunque incorpora medidas para enfrentar las consecuencias de la guerra con un coste superior a los 1.800 millones.
PRESPUESTO EN CIFRAS
El Presupuesto, que solo estará vigente durante el segundo semestre del año, ha revisado las estimaciones de crecimiento -4,9% hasta final de año- e inflación -4%-, con un déficit público del 1,9% del PIB y una reducción de la deuda del 127,4 al 120,7%.
El Gobierno promete más de 500 millones de euros en medidas de apoyo a las familias, a través de una rebaja fiscal que beneficia a jóvenes y grupos familiares de clase media y del refuerzo de los apoyos sociales.
Además, contempla un aumento de 10 euros para las pensiones más bajas -hasta 1.108 - para paliar el efecto de la inflación y un aumento salarial para los funcionarios del 0,9%.
Incentivos fiscales a la inversión, aumento de la inversión pública, rebaja del IVA al 6% en productos de higiene menstrual, la ampliación de la prestación por desempleo en caso necesario para las víctimas de violencia doméstica y la congelación de las rentas antiguas por un año, son algunas de las medidas estrella del proyecto.
NUEVA ETAPA
"El país tiene finalmente un Presupuesto para este año (...) cerramos la página de esta crisis, ahora hay que arremangarse y ponerse a trabajar, que es lo que necesita el país", dijo Costa en una breve reacción tras la aprobación de las cuentas públicas.
Durante el debate parlamentario, también el ministro de Finanzas, Fernando Medina, aseguró que se "cierra una crisis política innecesaria y perjudicial".
"Es hora de recuperar el tiempo perdido e iniciar una nueva fase de reformas transformadoras", agregó.
"Hoy iniciamos un nuevo ciclo", dijo Medina, que defendió que el proyecto "responde a las necesidades del país" e incorpora propuestas de otros partidos porque "somos una mayoría de diálogo".
Un comentario al que la oposición respondió recordando que los socialistas han tumbado durante el trámite parlamentario todas las propuestas de subida salarial vinculada con la inflación.
EL FANTASMA DE LA INFLACIÓN
Para la oposición, se trata de unas cuentas que empobrecen a los portugueses. "Es un Presupuesto de gestión, sin voluntad reformista", en palabras del portavoz parlamentario del PSD, Mota Pinto, quien admitió su sorpresa por la abstención de tres diputados del PSD por Madeira y confirmó que el caso está en manos de los órganos de disciplina.
Tampoco gustan estos números a la izquierda. El Partido Comunista denuncia que no responde a las necesidades de los trabajadores y considera una "farsa" el "pregonado diálogo de la mayoría absoluta".
El Bloque de Izquierdas carga contra un Presupuesto "muy liberal" y con una escasa mirada social, que olvida el impacto de la inflación sobre los salarios.
Precisamente mientras en el Parlamento se discutían las cuentas públicas, cientos de personas se manifestaban en sus alrededores en protesta por la precariedad laboral y en reclamo de mejoras salariales.
"Es difícil decir que es un Presupuesto muy de izquierda porque efectivamente pensionistas y funcionarios públicos van a perder poder adquisitivo", explicó en declaraciones a Efe el exministro y analista político Luís Marques Mendes.
"Eso es objetivo", zanjó.
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