Por Emma Farge
GINEBRA, 4 nov (Reuters) - Los costos de adaptación de los países más pobres a las consecuencias del cambio climático son entre cinco y diez veces superiores a los flujos financieros actuales, y la brecha se está ampliando, según un informe de la ONU publicado el jueves en el que se pide un aumento drástico de los fondos de ayuda.
La publicación del informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), titulado "The Gathering Storm" (La tormenta que se avecina), coincidió con la cumbre del clima COP26, celebrada en Glasgow, Escocia. En él se advierte que el aumento de los impactos climáticos está superando con creces nuestros esfuerzos para adaptarnos a ellos.
El informe insta a centrarse en la preparación para escenarios climáticos más extremos con el fin de reducir las pérdidas y los daños, ya que los impactos del cambio climático, como las inundaciones y las tormentas, se acelerarán a finales de este siglo, independientemente de lo que hagamos ahora para reducir las emisiones.
"Incluso mientras buscamos intensificar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, esfuerzos que aún no son lo suficientemente fuertes, debemos aumentar drásticamente nuestra capacidad de adaptación", afirmó Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA, en el prólogo del informe.
Algunos ejemplos de proyectos de adaptación son el apuntalamiento de las riberas de los ríos contra inundaciones más graves o la restauración de los arrecifes de coral y los manglares para que mitiguen las olas de los huracanes.
La financiación es un tema de la conferencia. Los líderes africanos reprocharon a las naciones más ricas, responsables de la mayor parte de las emisiones de carbono en el pasado, por no cumplir su promesa de aportar 100.000 millones de dólares al año.
El informe estima que los costos de adaptación para los países en desarrollo se situarán probablemente en el extremo superior de un rango de entre 140.000 y 300.000 millones de dólares anuales para 2030 y de 280.000 a 500.000 millones para 2050.
Sin embargo, advierte que se prevé que los flujos de fondos para la adaptación se estabilicen o incluso disminuyan como consecuencia de la pandemia del COVID-19, ya que los gobiernos y las instituciones desvían recursos para satisfacer las necesidades sanitarias urgentes.
También afirma que sólo una pequeña parte de los 16,7 billones de dólares del estímulo fiscal de COVID-19 se ha destinado a la adaptación al clima, lo que se considera una oportunidad perdida.
(Reporte de Emma Farge en Ginebra; Editado en Español por Ricardo Figueroa)