Pekín, 13 feb (EFE).- La Corporación Nacional Petrolera Submarina de China (CNOOC, en sus siglas internacionales) ha recibido la aprobación por parte de las autoridades estadounidenses para la compra de la petrolera canadiense Nexen, en lo que supone la mayor adquisición por parte de una empresa china en el extranjero.
Según un comunicado de la compañía del país asiático, la autorización despeja el camino para la adquisición, valorada en 15.100 millones de dólares canadienses (11.161 millones de euros, 15.011 millones de dólares), tras recibir el visto bueno de los accionistas y de los reguladores estatales chinos y canadienses.
Éste era el último paso para el traspaso de los activos de Nexen en EEUU, algo esperado por los analistas, que consideraban improbable que, dado el visto bueno de Canadá, Washington decidiera bloquear el acuerdo.
Los activos de Nexen -con sede en Alberta- en el Golfo de México sólo suponen el 8 por ciento de la producción de la petrolera norteamericana.
El 28 de enero, CNOOC anunció que la fecha de cierre para la adquisición se posponía del 31 de ese mes al 2 de marzo, por lo que el proceso cumple con el plazo previsto.
El Comité para Inversiones Extranjeras de EEUU rechazó en noviembre un documento conjunto, de CNOOC y Nexen, en el que presentaban la oferta de compra, por lo que las dos tuvieron que volver a entregarle un nuevo texto tras varias consultas con el organismo.
CNOOC intenta desde julio pasado hacerse con la petrolera canadiense, una transacción que se ha retrasado porque necesitaba la aprobación de los reguladores de ambos países norteamericanos.
El propio embajador chino en Ottawa, Zhang Junsai, llegó a proponer en septiembre a Canadá que empezase a negociar un tratado de libre comercio (TLC) con China para facilitar la compra por parte de la compañía estatal china, que es la mayor productora de petróleo submarino del país asiático.
La compra será también la primera adquisición de una gran firma energética canadiense por una compañía estatal china.
La venta de Nexen a CNOOC había despertado preocupación en Canadá porque supondrá la entrada china en los yacimientos petrolíferos de las arenas bituminosas de Alberta, las terceras mayores reservas de crudo del mundo tras las de Arabia Saudí y Venezuela.
La operación también está considerada por los observadores del sector como un primer paso en lo que podría ser la adquisición por parte de China de empresas mayores y con una mayor participación en los yacimientos canadienses. EFE