Por Sonya Dowsett y Sam Edwards
MADRID/BARCELONA (Reuters) - Se espera que cientos de miles de catalanes marchen por las calles de Barcelona el lunes, en lo que los organizadores confían sea una muestra de apoyo a la independencia después de que Madrid tomase medidas para bloquear un referéndum de autodeterminación que considera ilegal.
La Diada o día nacional de Cataluña que conmemora cada 11 de septiembre la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión de 1714, es a menudo utilizada por los activistas para dar voz a las ansias de independencia. Autobuses llenos de manifestantes viajan a la ciudad condal desde los pueblos de la región.
La hostilidad entre Madrid y Barcelona ha escalado en la última semana, desde que el Parlament aprobó la ley del referéndum, paralizada por el Tribunal Constitucional el jueves tras recurrirla el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
El gobierno central dice que la consulta va contra la Constitución, que afirma que España es indivisible.
El presidente catalán Carles Puigdemont ha pedido a los independentistas que salgan a las calles masivamente para apoyar el referéndum.
"Para que el 1 de octubre sea un éxito, es clave que en esta Diada Nacional de Cataluña estemos muchos. Yo estaré", dijo en Twitter.
La Fiscalía General del Estado se ha querellado contra Puigdemont y los 13 miembros del Govern que firmaron el decreto del referéndum y pidió a las fuerzas policiales investigar las actuaciones relacionadas con la consulta al poder comportar delitos de desobediencia, prevaricación y malversación de caudales públicos.
Rajoy ha instado a los funcionarios y alcaldes de Cataluña a respetar la ley y a detener los preparativos para el referéndum en las próximas tres semanas.
Sin embargo, cerca de dos tercios de los alcaldes de Cataluña han dicho hasta ahora que permitirán el uso de las instalaciones municipales para la votación y el alcalde de Cerdanyola rompió entre ovaciones del público que le rodeaba la carta en la que el Constitucional advertía sobre las repercusiones legales de apoyarla.
Por otra parte, alcaldes de varios grandes municipios catalanes, muchos de ellos controlados por el partido socialista, han rechazado la petición de colaboración del Gobierno catalán, mientras el Ayuntamiento de Barcelona ha pedido garantías para proteger a sus funcionarios de las posibles consecuencias legales en caso de dejar poner las urnas.
Puigdemont dijo que tiene urnas y papeletas ocultas y listas para ser utilizadas en cualquier momento. Este fin de semana, la guardia civil registró una imprenta y la sede de un medio de comunicación catalán en busca materiales relacionados con el referéndum.
En el clímax del fervor soberanista en 2012, cuando España sufría una profunda recesión económica, alrededor de un millón de personas salieron a la calle portando senyeras y entonando el himno catalán.
Desde entonces, la opción independentista ha ido perdiendo fuerza y no alcanzaría el 50 por ciento de los votante, aunque según los sondeos la mayoría de la sociedad catalana desea celebrar una consulta de autodeterminación.