Nueva Delhi, 6 may (EFE).- La mayor reforma fiscal de la India desde su independencia pasó hoy el trámite de la Cámara baja del país asiático en su camino para unificar uno de los mayores mercados del mundo, con lo que queda solo pendiente de la aprobación final del Senado, en el que el Gobierno indio no tiene mayoría.
El Congreso del gigante asiático, durante una sesión transmitida por televisiones locales, aprobó con la mayoría necesaria de dos tercios una enmienda constitucional incluida en diciembre por el Ejecutivo de Narendra Modi como parte de su programa para impulsar la economía del segundo país más poblado del mundo.
El impuesto de bienes y servicios (GST, en inglés) común para los 29 estados de la India, que suman unos 1.250 millones de habitantes, convertirá "al país entero en un mercado continuo" y con "una uniformidad de impuestos", dijo el ministro de Finanzas, Arun Jaitley, en su intervención en el Parlamento.
"No habrá impuesto sobre impuesto -de un estado a otro-. Reducirá los precios a largo plazo e impulsará el crecimiento económico", afirmó el ministro, según el diario local Economic Times.
El principal partido opositor, el Congreso de la dinastía Nehru-Gandhi, anunció que en el siguiente trámite en el Senado, donde aventaja en escaños al gobernante BJP de Modi, pedirá que la reforma se someta a una comisión parlamentaria.
"Esperamos que la reforma cuente también con el consentimiento del Senado en la presente sesión del Parlamento con el apoyo de todos los partido políticos", comentó el director general de la Confederación de Industria India (CII), Chandrajit Banerjee, en un comunicado.
Esta reforma de un artículo de la Constitución india de 1950 entraría en vigor en abril de 2016 y supondría el mayor cambio en el sistema fiscal del país desde su independencia en 1947, en palabras del ministro.
De aprobarse, integraría a la mayoría de los impuestos indirectos sobre el valor añadido y los especiales, excepto el del alcohol, para evitar duplicidades y reducir costes a las empresas.
Esta unificación de impuestos lleva más de una década estancada en el Parlamento indio y también deja la inclusión de los carburantes pendiente de decidir entre los gobiernos central y regionales.