Gotemburgo (Suecia), 30 sep (EFE).- La Unión Europea (UE)
necesita nuevas normas para garantizar la liquidación ordenada, en
caso de quiebra, de las grandes entidades de importancia sistémica,
señaló hoy el presidente del Banco Central Europeo (BCE),
Jean-Claude Trichet.
Éste es, según Trichet, uno de los cambios que la UE todavía debe
acometer dentro del proceso de revisión de la legislación financiera
iniciado en respuesta a una crisis que obligó al rescate público y
posterior reestructuración de entidades que, dado su tamaño,
parecían gozar de gran solidez.
Desde la Comisión Europea (CE), el responsable de Asuntos
Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, confirmó que Bruselas
tiene previsto revisar la normativa comunitaria en este ámbito y
anunció la próxima apertura de una consulta pública para recabar la
opinión de las autoridades nacionales, la industria y otros
interesados.
En un foro organizado por Eurofi y la presidencia sueca de la UE,
Trichet consideró que, en el sistema financiero que salga de la
reforma en marcha en Europa, debe quedar claro que cualquier
entidad, incluso las más grandes e interconectadas, corre el peligro
de derrumbarse si no gestiona bien los riesgos.
"Nadie debe dar por hecho que las autoridades acudirán al
rescate" para evitar males mayores al conjunto de la economía,
recalcó el economista francés.
Trichet se mostró satisfecho por los progresos logrados hasta la
fecha para resolver los fallos detectados en la pasada crisis y
valoró el liderazgo asumido por la UE a nivel internacional, pero
subrayó que queda mucho por hacer para mejorar la resistencia del
sistema, proteger a los ahorradores e inversores y evitar que las
entidades vuelvan a asumir riesgos de manera irresponsable.
Consideró, a este respecto, que el endurecimiento de los
requisitos de capital y liquidez serán elementos clave.
Desde el punto de vista de la supervisión macroprudencial,
respaldó plenamente la propuesta de la Comisión Europea para
establecer en la UE un nuevo Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos,
encargado de vigilar la estabilidad del sistema financiero en su
conjunto y de emitir alertas y recomendaciones si percibe amenazas.
Este nuevo organismo, que despierta algunas reticencias sobre
todo en el Reino Unido, partirá de la estructura preexistente del
BCE y los máximos responsables de la autoridad monetaria tendrán un
papel relevante en su cúpula. EFE