Berlín, 26 mar (.).- El fabricante automovilístico Volkswagen (DE:VOWG_p) va a exigir daños y perjuicios a los expresidentes del grupo Martin Winterkorn y de su filial de lujo Audi (F:NSUG) Rupert Stadler por el escándalo de la manipulación de las emisiones contaminantes.
El primer grupo automovilístico de Europa anunció este viernes la decisión tras una reunión de su Consejo de Vigilancia e indicó que van a emprender acciones legales contra ambos directivos "por incumplimiento del deber de diligencia según la ley".
La decisión, que no se ha cuantificado, excluye a otros directivos de menor rango implicados en este escándalo, destapado en 2015 y que afecta a unos 11 millones de vehículos en todo el mundo.
El Consejo de Vigilancia de Volkswagen tomó esta decisión después de que el bufete de abogados Gleiss Lutz le presentase a este órgano su informe final sobre la cuestión.
El documento concluye que Winterkorn y Stadler no trataron de esclarecer lo que estaba sucediendo con el "software" ilegal incorporado a algunos motores diésel para manipular las emisiones, incluso, a partir del momento en el que se tiene certeza que fueron conscientes de los hechos.
Winterkorn, que dimitió en el mismo 2015 como presidente de Volkswagen, ha negado en todo momento haber sido consciente de la manipulación. Este septiembre se enfrenta a un juicio, junto a otros cuatro directivos, por fraude.
Stadler, en un proceso diferente, ya está siendo juzgado por su responsabilidad en estos mismos hechos.
UN SOFTWARE ILEGAL
En septiembre de 2015 las autoridades medioambientales de Estados Unidos acusaron al grupo Volkswagen de manipular las emisiones de distintos motores diésel para hacer ver que cumplían los límites de contaminación, en concreto, los niveles de óxidos de nitrógeno (NOx).
En los siguientes meses se destapó que 11 millones de vehículos del grupo contaban con un "software" ilegal que hacía que sus motores emitiesen por debajo de los límites legales, pero sólo cuando se encontraban en un banco de pruebas. En carretera la contaminación era mucho mayor.
Este "software" desconectaba los filtros del tubo de escape en muchas más ocasiones de lo legalmente permitido, logrando una mayor potencia en los vehículos pero con un mayor coste medioambiental.
El escándalo derivó en múltiples causas judiciales para el fabricante de vehículos. Diversas estimaciones apuntan a que el escándalo le ha costado ya a Volkswagen más de 30.000 millones de euros en multas e indemnizaciones.
Los clientes afectados, además, exigieron compensaciones tanto a título individual como en grandes causas colectivas en distintos países.
Los accionistas, por su parte, denunciaron a la dirección por ocultarles información crítica para poder evaluar el precio de las acciones.