Pekín, 25 may (EFE).- La economía china seguirá creciendo en
tasas de doble dígito, pero este impulso provocará un incremento de
la inflación del 3,7 por ciento ya en el segundo trimestre, por
encima del 3 por ciento de previsión oficial para todo 2010.
Ésta es una de las principales conclusiones del último informe
elaborado por el Banco de China, del que se hizo eco hoy el
periódico económico "China Securities Journal".
El documento afirma que el PIB chino entre abril y junio avanzará
un 10,5 por ciento, una tasa menor que la registrada oficialmente en
el primer trimestre (11,9 por ciento) pero todavía muy elevada.
Esta bonanza económica tendrá un efecto de arrastre de la
inflación que, al calor de la enorme liquidez china, se disparará
hasta cotas "galopantes, por encima del 3 por ciento", según el
Banco de China.
En el último dato hecho público, correspondiente al mes de abril,
el Buró Nacional de Estadísticas situó el crecimiento del IPC en el
2,8 por ciento.
El informe menciona la necesidad de enfocar los esfuerzos en
reducir el flujo de dinero en circulación en el país asiático, pero
deja claro que "tocar los tipos de interés no es una opción en el
futuro a corto plazo, ya que podría conllevar más presión para la
apreciación del yuan".
Por esta razón, argumenta, el Gobierno chino considerará la
posibilidad de incrementar el ratio de las reservas bancarias
obligatorias, un movimiento que Pekín ya ha realizado recientemente
en varias ocasiones.
Hasta tres veces ha subido el Banco Popular de China (PBOC,
Central) el porcentaje de depósitos que los prestamistas están
obligados a retirar de la circulación desde que se inició el año.
El exceso de liquidez está provocando la aparición de "burbujas"
en distintos sectores económicos del gigante asiático, especialmente
en el inmobiliario y el bursátil.
El texto del Banco de China concluyó que la economía no está
suficientemente robusta para retirarle los planes de estímulo y
reclamó el mantenimiento de una política fiscal "proactiva" que
optimice el crecimiento y permita reajustar la estructura, dando más
importancia a la inversión y el consumo interno chino que a las
exportaciones. EFE