Atenas, 17 abr (EFE).- El Gobierno griego confirmó hoy que los acreedores proponen recortes adicionales automáticos que aplicar en caso de que incumpla los objetivos de superávit firmados en el tercer rescate, es decir, que este alcance el 3,5% del PIB para 2018.
Los acreedores plantearon en la mesa de negociación, dijo el Ejecutivo heleno en un comunicado, que si el país no llega a esa cifra del 3,5%, entren en funcionamiento unas medidas de ahorro equivalentes a la diferencia entre el superávit conseguido y el acordado, aunque el Gobierno heleno aseguró lado que "no ha aceptado" esta proposición, sino que espera que forme parte de un acuerdo global que incluya también una "quita de la deuda".
El Gobierno expresó además su convicción que antes de la reunión del Eurogrupo del día 22, se habrá llegado a un acuerdo "de principios" con la cuadriga.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras dijo ayer en una entrevista a la televisión pública que las negociaciones culminarán definitivamente antes del 1 de mayo, día de la Pascua ortodoxa.
El lado griego se mostró satisfecho, según el comunicado, con que la cuadriga parece entender mejor "las líneas rojas en pensiones e impuestos" que marcó Atenas.
Con estas nuevas medidas adicionales propuestas, los acreedores europeos por un lado -Banco Central Europeo (BCE), Comisión Europea (CE) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)- y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por otro intentan acercar sus posturas divergentes con respecto a los recortes que debe aplicar Grecia.
Mientras que los europeos y Grecia acordaron medidas de ahorro y de incremento de impuestos por un valor total de 5.500 millones de euros con el fin de lograr un superávit primario del 3,5 % del PIB en 2018, el FMI duda de que estos recortes sean suficientes, y asegura que ese objetivo solo será posible con al menos 8.000 millones.
El Ejecutivo griego prevé ahorrar por la reforma de las pensiones 1.800 millones de euros; generar ingresos por valor de 1.800 millones mediante el incremento de los impuestos directos y otro tanto por el aumento de los indirectos.
Otro punto de desacuerdo está en que el FMI cree que una quita de deuda griega es necesaria para mantener su sostenibilidad, algo a lo que los acreedores europeos no se quieren comprometer.
No obstante, tanto el BCE, como la CE y el MEDE consideran condición indispensable que el FMI se implique en el rescate para desembolsar el primer tramo.
Las negociaciones entre los acreedores y Grecia en Atenas se interrumpieron la semana pasada por la reunión de primavera del FMI en Washington y se reanudarán mañana lunes.