Los españoles están observando cómo la economía se contrae con fuerza mientras la tasa de desocupación aumenta pegando saltos aterradores.
En este contexto, las familias están teniendo graves problemas para hacer frente a sus deudas, lo cual se ve reflejado en el fuerte aumento de la tasa de morosidad.
En este contexto, la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito reveló que la morosidad en el pago de las deudas alcanza a más de 2,7 millones de personas.
El sector empresario no está ajeno a los inconvenientes en el pago de las obligaciones financieras y es por ello que 232.000 empresas se encuentran atravesando problemas en honrar sus deudas.
El dato destacado dentro de las 2,7 millones de personas con problemas de pagos es que 691.000 son inmigrantes. La explicación no se encuentra en que los extranjeros sean menos responsables en el pago de sus obligaciones, sino que la crisis los ha afectado de manera particular (representan el segmento de la población más vulnerable a la crisis).
El monto de deuda impaga total asciende a 36.148 millones de euros en el mes de abril, lo que representa ni más ni menos que un incremento del 158% respecto al mismo mes del 2008.
Seguramente, las entidades bancarias deberán estar preparadas para la continuidad en el incremento de la morosidad para los próximos meses en función del mantenimiento del contexto negativo tanto en la economía en general como en el mercado laboral en particular.