Pekín, 14 jul (EFE).- Las autoridades de China publicarán mañana, miércoles, el dato de crecimiento de la economía del país en un segundo trimestre de 2015 que ha estado marcado por los evidentes signos de ralentización y las numerosas medidas de estímulo.
La Oficina Nacional de Estadísticas dirá si la desaceleración china se acentúa, se mantiene o se revierte, tras crecer la segunda economía mundial un 7 % interanual entre enero y marzo, una cifra cuatro décimas inferior a la expansión de 2014 y que fue su ritmo trimestral más bajo desde el inicio de 2009 (6,6 %).
El segundo trimestre comenzó con ese dato, que vino acompañado de otros indicadores a la baja, y acabó con una conmoción por el desplome de las bolsas que obligó al Gobierno a utilizar todo tipo de resortes para frenar la sangría.
Los mercados, aparentemente más calmados tras la volatilidad del último mes, cerraron hoy a la baja y anticiparon el temor que ya han mostrado la mayoría de analistas: a que el crecimiento del segundo trimestre sea inferior al objetivo oficial de alrededor de un 7 %.
China ha mostrado en el segundo trimestre una actividad industrial en ligera expansión, aunque al límite de la contracción, y con una inversión extranjera que sigue llegando, pero cada vez menos.
La inflación registró en abril su mejor dato en lo que va de año, un 1,5 % interanual, para retroceder hasta un 1,2 % en mayo y quedarse en un 1,4 % en junio (en el acumulado del primer semestre es de un 1,3 %), en todos los casos muy lejos del objetivo oficial de un 3 % para este año.
El comercio exterior, uno de los motores tradicionales de la economía china, dio un disgusto a las autoridades este trimestre y en lo que va de año cayó un 6,9 %, en contraste con el crecimiento de un 6 % que buscaba el Gobierno.
Con las importaciones en retroceso desde el comienzo del año (de un 15,5 % en el acumulado de los seis primeros meses), también las exportaciones bajaron en abril y mayo (un 6,2 % y un 2,8 %, respectivamente), aunque repuntaron un 2,1 % en junio.
Estos datos peores de lo esperado empujaron al Gobierno chino a recurrir a una relajación de su política monetaria.
En abril, el banco central rebajó el coeficiente de caja, en mayo redujo los tipos de interés de referencia y a finales de junio, ya en pleno hundimiento bursátil, adoptó un "recorte doble" (de tipos y coeficiente) que no se veía desde 2008.
De este modo, el Banco Popular de China (central), que hoy insistió en que seguirá apoyando a la economía real, encadena ya cuatro rebajas de tipos de interés y tres de coeficiente de caja desde noviembre, cuando acabó con dos años sin intervenciones.
"La economía china todavía puede presumir de tenacidad, potencial y flexibilidad destacables", declaró el primer ministro chino, Li Keqiang, en una reunión reciente con economistas y empresarios.
Esa opinión es compartida por el profesor de la Universidad Popular de Pekín Zhao Xijun, quien, en declaraciones a Efe, destacó que los estímulos del Gobierno empiezan a surtir efecto y anticipó que "el crecimiento del PIB no quedará muy lejos del objetivo oficial".