Rocío Otoya
Sídney (Australia), 31 oct (EFE).- La aerolínea australiana Qantas reanudó hoy sus vuelos tras la crisis causada por su decisión de suspenderlos por un conflicto con su personal, aunque será el próximo miércoles cuando restablecerá el pleno servicio.
El primer avión en despegar fue el QF438 entre Melbourne y Sídney, y desató un estallido de euforia en la terminal nacional de esa ciudad del sureste de Australia que mañana celebra la emblemática Copa Melbourne, acontecimiento hípico que paraliza al país.
En la terminal internacional del aeropuerto de Sídney, el primer vuelo en salir fue uno hacia Yakarta, mientras que el primer avión en aterrizar procedía de la ciudad neozelandesa de Christchurch.
Las puertas de embarque en Sídney también se abrieron para los viajeros a Los Ángeles y Dallas, en Estados Unidos.
En Los Ángeles, partió un vuelo con destino Sídney, informó el Canal 10 de la televisión australiana desde esa ciudad estadounidense donde centenares de personas siguen bloqueadas.
El director ejecutivo de Qantas, Alan Joyce, el gran vencedor de esta crisis porque ha conseguido lo que buscaba, el cese de las huelgas, anunció hoy que los servicios se normalizarán en las próximas 24 horas.
El ministro australiano de Transporte, Anthony Albanese, informó al Parlamento que su ministerio y la Autoridad Civil para la Seguridad Aérea prevén que Qantas "no estará completamente operativa hasta el miércoles".
Albanese agregó que Virgin Australia había puesto a disposición de quien los necesitase unos 3.000 asientos adicionales para afrontar el caos de pasajeros y recordó que desde el sábado la competidora de Qantas ha transportado a 75.000 personas a destinos nacionales e internacionales.
Las acciones de Qantas se han apreciado un cuatro por ciento este lunes en el mercado bursátil australiano, aunque la agencia Standard & Poor's rebajó la calificación de la compañía de estable a negativa.
La crisis ha causado a la empresa aérea más de cien millones de dólares (75 millones de euros) en pérdidas, mientras que el sector turismo de Australia ha perdido este fin de semana unos 85,7 millones de dólares (60,5 millones de euros), sin contar el daño y las molestias a los 80.000 pasajeros afectados en todo el mundo.
La crisis estalló el sábado pasado, cuando aerolínea insignia de Australia arrastraba huelgas con sus sindicatos de pilotos internacionales, personal de tierra y mecánicos titulados desde hacía más de nueve meses y había celebrado más de 200 reuniones infructuosas.
Joyce anunció entonces que, ante las "demandas imposibles" de los sindicatos y la sangría que suponía para la empresa las huelgas, no les queda otra alternativa que dejar en tierra los aviones de forma indefinida.
Ante al anuncio inesperado, el Gobierno recurrió al órgano de arbitraje de disputas laborales, Fair Work Australia, que convocó una reunión esa misma noche y se pasó todo el domingo reunido escuchando a todas las partes.
Esta madruga, un trasnochado tribunal de tres jueces ordenó el cese de las huelgas y concedió 21 días a sindicatos y empresas para negociar un acuerdo.
El fallo es el que esperaba Qantas para reanudar los vuelos, pero tuvieron que pasar otras 14 horas para que la Autoridad Civil para la Seguridad Aérea diera la luz verde que permite el transporte de los pasajeros que aún están varados desde el sábado, entre ellos unas 22.000 personas en varios aeropuertos del mundo.
"Esto es mucho mejor de lo que esperábamos, mucho, mucho mejor, estamos tan agradecidos", decía el británico Colin Coverdale, acompañado de su esposa, Valerie, en la línea para subir a su vuelo entre Melbourne y Sídney y continuar sus vacaciones en Australia, según la cadena de televisión Nine News. EFE
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