Los mercados están en vilo, preguntándose cuál será el próximo movimiento de ficha de China. Se acumulan los indicios de que la segunda economía del mundo está perdiendo fuelle y crecen las expectativas de que Pekín vaya más allá para impulsar el crecimiento.
Los temores al efecto dominó global que puede tener una ralentización del crecimiento chino están pasando factura a las bolsas y a las materias primas.
Las alarmas saltaban este lunes, tras desplomarse la Bolsa de Shanghái un 8,46%. La caída en picado del dólar y las principales materias primas ha extendido el pánico en los parqués.