Cleyton Vilarino
Sao Paulo, 23 sep (EFE).- La desaceleración del crecimiento en China, principal socio comercial de Brasil, enciende las alarmas en la industria agrícola del gigante suramericano, según afirmaron hoy varias fuentes del sector agropecuario.
El director ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Agroindustria (Abag), Luiz Cornacchioni, declaró a Efe que el sector agrícola brasileño está "observando muy de cerca" el comportamiento de la economía china, que desaceleró su acostumbrado y vertiginoso ritmo de crecimiento.
Un aumento de la, ya de por sí marcada, desaceleración de la economía del gigante asiático genera temores sobre la demanda mundial de materias primas y productos básicos, entre ellos, la soja, que es el principal producto agrícola exportado por el país suramericano a su socio emergente.
"A menudo bromeamos con que cualquier resfriado en China es una gripe aquí. Así que si esto (la desaceleración económica china) se prolonga por mucho tiempo, seguramente se reflejará (en Brasil) y supondrá una reducción en los volúmenes de exportación", admitió Cornacchioni.
Según este ejecutivo, el sector sigue "muy de cerca" el comportamiento de la economía china para tratar de entender la magnitud de su desaceleración e intentar prever el tiempo que va a durar, ya que esta situación, junto con la situación de restricción del crédito en Brasil, genera preocupación de "cara a 2016".
Este pasado miércoles la revista económica Caixin destacó que el índice gerente de compras industrial (PMI, por su sigla en inglés) de China alcanzó en septiembre su nivel más bajo (47,0) en los últimos seis años y medio.
Aún así, el Gobierno chino asegura que cumplirá su objetivo de crecer un 7 % en 2015, incluso cuando algunas entidades, como el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), no creen que el país vaya a llegar a esa cifra y prevén un crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) del 6,8 %.
Entre los principales efectos de una desaceleración más acentuada en China estarían una caída aún más pronunciada de los precios de los productos básicos y un fortalecimiento aún mayor del dólar, un escenario que podría ocurrir si los Estados Unidos decide reajustar sus tipos de interés, en mínimos históricos desde la crisis de 2008.
La caída de los precios de los productos básicos, unido a una subida del dólar podría, sin embargo, compensar las posibles pérdidas sufridas por la industria agrícola brasileña, según explicó a Efe el analista del sector del grano del grupo bancario holandés Rabobank, Renato Rasmussen.
"Para el productor brasileño esta cuestión de China no es tan preocupante", apuntó el economista, quien explicó que los productores más expuestos en estos momentos "son los principales competidores de Brasil, incluyendo a los Estados Unidos, porque para ellos no habría ningún cambio para compensar el declive".
Sin embargo, para el profesor de la Unidad de Economía Agrícola del Instituto de Economía de la estatal Universidad de Campinas (Unicamp), Antônio Marcio Buainain, la idea de que un cambio de tendencia podría resolver todos los problemas de la industria es parcial.
"La idea de que la industria agrícola se beneficia de la crisis es relativa porque tiene segmentos que ganan con la devaluación cuando ésta mitiga los efectos negativos, pero no es un efecto general, ni para la agroindustria ni para el conjunto de los productores", afirmó Buainain.
De acuerdo con el profesor es difícil predecir la dirección de la economía china ya que los datos proporcionados por su Gobierno son "poco claros", lo que significa que el mundo sabe muy poco de su situación real.
"Estamos hablando de un crecimiento de la segunda mayor economía del orden del 7 %", dijo el profesor, que descartó un escenario de crisis para la industria agrícola, debido al tamaño de la economía china y al tamaño de su crecimiento en los últimos años.
Buainain afirmó que China aún puede "sostener la demanda a niveles muy impresionantes, pese a la desaceleración" y argumentó que esta situación puede variar el panorama en el sector.
"De ahora en adelante, el mercado responderá a factores tradicionales, tales como la oferta o eventos climáticos, porque desde el punto de vista de la demanda, el mercado está estabilizado; y no podemos esperar que se vaya a duplicar la producción de soja cada cuatro o cinco años", concluyó Buainain.