Bruselas, 13 jul (EFE).- El holandés Jeroen Dijsselbloem ha revalidado por unanimidad su puesto al frente del Eurogrupo hasta finales de 2017, un logro para el que le ha ayudado su gestión de la crisis en Grecia y su intervención en el acuerdo sellado hoy por los líderes de la eurozona.
Dijsselbloem, que dirige el Eurogrupo desde enero de 2013, es conocido por su forma directa de hablar y su estilo pragmático a la hora de dirigir las reuniones de este foro de la eurozona, pero también es considerado estricto y su mandato no se ha librado de errores iniciales y aciertos posteriores que han convencido a suficientes países como para apoyarle para que repita en el puesto.
En esta competición, el también ministro de Finanzas holandés, de la familia socialdemócrata europea, se medía con el candidato español, el también titular de Economía, Luis De Guindos, de la familia conservadora.
Tras dos rondas de votaciones, ganó Dijsselbloem, aunque los dos recibieron apoyos de sus demás colegas que alabaron sus virtudes, aunque alguno de ellos como el titular eslovaco de Finanzas, Peter Kazimir, desde el inicio dijo que le "gusta su estilo", antes de añadir que el holandés ha hecho un "excelente trabajo" durante estos años de crisis.
Dijsselbloem fue elegido por primera vez presidente del Eurogrupo en enero de 2013 pese a no tener experiencia internacional y ocupar la cartera de Finanzas de su país solo desde noviembre de 2012.
Su escasa experiencia ministerial e internacional fueron algunos de los elementos que hicieron dudar a algunos socios de la eurozona, entonces sumida en una profunda crisis económica y financiera.
También se cuestionó si podría enfrentarse a pesos pesados y veteranos en el Eurogrupo como el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, con quien ha demostrado estar en sintonía.
Pero Dijsselbloem se puso rápidamente al día y ahora conoce al detalle los expedientes que maneja: Para los "halcones" de la austeridad y las reformas gana puntos por ser estricto con las reglas presupuestarias y con el cumplimiento de las condiciones en rescates.
Alemania fue su principal aval, mientras que Francia pidió más garantías y le solicitó aclaraciones sobre su visión específica de la política económica europea.
Dijsselbloem sustituyó en el cargo al veterano ex primer ministro de Luxemburgo y actual presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, quien había presidido el Eurogrupo durante casi una década, entre 2004 y 2013.
A su favor, el político holandés -cuyo nombre completo es Jeroen René Victor Anton Dijsselbloem- contaba con que su país aún mantenía entonces la codiciada nota crediticia de máxima calidad "triple A".
El segundo "Mr.Euro" de la eurozona adoptó un estilo muy diferente al de su predecesor, conocido por sus chistes en las ruedas de prensa, el empleo de un lenguaje menos directo y por ser un maestro de las negociaciones entre bambalinas e innumerables reuniones nocturnas, sobre todo durante lo peor de la crisis.
Dijsselbloem dirige las reuniones dentro de un horario claro y no las suele alargar casi nunca. Las ha adelantado y las acaba antes.
Con Juncker tiene una relación cordial, pero también en algunos momentos tensa, sobre todo cuando el año pasado lo calificó de "fumador y bebedor inveterado" en un programa humorístico holandés.
En un principio fue Juncker quien apuntó al que se considera el mayor error del holandés, al poco de asumir la presidencia.
En una dramática sesión nocturna en marzo de 2013 para acordar el rescate de Chipre, su primera gran prueba, el Eurogrupo decidió en un primer momento gravar los depósitos de menos de 100.000 euros, pese a estar protegidos por la legislación comunitaria.
Dijsselbloem permitió la decisión, que aunque cuestionada por muchos ministros salió adelante, y ello hizo reaccionar al hoy presidente de la CE diciendo que era la primera vez que se cerraba un acuerdo sin él y que por eso tenía "lagunas".
"Dijsselbloem se quedó solo en Chipre", señalaron recientemente fuentes de alto nivel de la administración europea sobre un momento en el que en los pasillos del poder muchos se preguntaban si el político holandés sería capaz de recuperarse de ese traspiés.
Pasado el tiempo, el ministro de Finanzas de Holanda ha recuperado terreno y los compañeros le tienen en estima, incluido el mismo Jean-Claude Juncker, que recientemente señaló que su trabajo era "impecable".
En las negociaciones sobre el rescate a Grecia se considera en general que hace un "muy buen trabajo" en un asunto muy complicado y difícil de gestionar, según las fuentes consultadas.
A Dijsselbloem le ha tocado ver en Atenas la muerte en directo de la troika, el nombre que en el lenguaje comunitario se le da a la CE, al BCE y al FMI, y que ahora simplemente se llaman instituciones.
Aunque el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ya había dicho en Bruselas que la troika estaba "muerta", fue su primer ministro de Economía, Yanis Varufakis, quien a finales de enero, ante un atónito Dijsselbloem, anunciaba que su Gobierno no reconocía a la troika de acreedores como interlocutora válida en las negociaciones sobre el entonces segundo rescate.
Su consolidación se la ha dado su gestión de la crisis griega, y en especial su participación en el acuerdo alcanzado por los líderes.
Dijsselbloem, que según dicen quienes trabajan con él no pierde los nervios nunca, nació el 29 de marzo de 1966 en Eindhoven. Vive con su pareja y tiene dos hijos.