Madrid, 15 mar (.).- El responsable de análisis macroeconómico del BBVA (MC:BBVA), Rafael Doménech, ha instado a no derogar las reformas de las pensiones de 2011 y de 2013 y ha propuesto introducir medidas graduales como financiar las reducciones en las cuotas vía presupuestos o compatibilizar al 100 % pensión y trabajo.
Doménech ha comparecido en la Comisión del Pacto de Toledo y ha afirmado que nuevas medidas progresivas como un sistema de jubilación flexible o la convergencia al régimen general de los regímenes especiales (fundamentalmente del de los autónomos), podrían aumentar la contributividad y la eficiencia del sistema.
Ha defendido el actual Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) porque "durante varios años ha hecho ganar poder adquisitivo a los pensionistas" ya que la revalorización del 0,25 % de las pensiones estaba por encima de la inflación, en tasas negativas.
El economista del BBVA Research ha abogado además por introducir cuanto antes y de forma progresiva, en un período de 15 o 20 años, un modelo de cuentas individuales nocionales de reparto (que tienen en cuenta toda la vida laboral) y de capitalización de adhesión automática para fomentar el ahorro.
Estas cuentas de capitalización automática estarían gestionadas por el Estado para evitar los costes a las empresas cuando el trabajador cambiara de compañía o empleo.
Además, ha explicado que asociado a estas cuentas individuales nocionales de reparto sería necesario "blindar" la pensión mínima y ligarla a la inflación subyacente y a las ganancias de productividad.
Doménech se ha mostrado contrario a aumentar la presión fiscal y subir impuestos para garantizar los ingresos en el sistema de la Seguridad Social, ya que una subida del tipo efectivo de más de ocho puntos tendría efecto negativo en la creación de empleo y en las inversiones.
Ha explicado que con las previsiones de la Comisión Europea, para compensar la caída del beneficio que conllevaría los ajustes que se deben acometer en la economía española, habría que subir el tipo efectivo del 23,1 % actual al 31,8 %.
Ha incidido en que la presión fiscal debe estar relacionada con la eficiencia de las administraciones públicas, ya que lo primordial es que la sociedad perciba que con sus impuestos recibe buenos servicios públicos, y ha dicho que España, aunque tiene una presión fiscal por debajo de la UE, está en línea con la eficiencia de sus administraciones.
"Tan malo es un impuesto confiscatorio como un impuesto nulo. Hay que buscar un equilibrio entre imposición y nivel de prestaciones públicas", ha dicho.
El experto ha subrayado que "sacar" las pensiones de viudedad y de orfandad del Sistema de la Seguridad Social para financiarlas con los presupuestos generales del Estado "no resuelve el problema" y ha afirmado que destopar las bases máximas de cotización, si no se aumenta la pensión máxima, es una opción que afectaría al mercado de trabajo y generaría un problema de "credibilidad del sistema y de contributividad".
Ha abogado también por la opción de aumentar la tasa de empleo al tiempo que se aumenta la productividad, ya que hay "un amplio margen de mejora" y para ello hay que crear empleos de calidad y atraer talento a España.
Asimismo, se ha mostrado en contra de introducir una tasa financiera destinada a financiar las pensiones y a gravar el trabajo robotizado, ya que "no debería ponerse un impuesto al progreso".
Con respecto al déficit del sistema, el directivo ha reconocido que "todo apunta a que el cierre de 2016 habrá excedido la previsión", ya que, aunque los ingresos "han superado el nivel anterior a la crisis, los gastos han aumentado de forma sostenida".