Pekín, 30 dic (.).- El Banco Popular de China (central) renovó hoy su apuesta por una política monetaria "prudente" ante la estabilización de los indicadores económicos del país asiático, al tiempo que llamó a "vigilar de cerca" los flujos de capitales.
Al cierre de su reunión trimestral sobre política monetaria, el ente regulador se comprometió, en un comunicado, a garantizar que la liquidez se mantenga "básicamente estable" y que el crédito crezca de forma "razonable" en la segunda economía mundial.
"Las actuales operaciones económicas y financieras de China son generalmente estables, pero la complejidad de la situación no puede ser minusvalorada", señaló el banco central antes de señalar que la economía global no se ha recuperado todavía de la crisis financiera internacional y que para los emergentes los riesgos van al alza.
En concreto, la autoridad monetaria instó a prestar atención "a las últimas tendencias económicas y financieras internacionales y domésticas y los cambios en los flujos internacionales de capitales", una de las mayores preocupaciones de Pekín, sobre todo desde la reciente subida de tipos de interés de Estados Unidos.
El Banco Popular de China reiteró, así, su intención de "continuar implementando una política monetaria prudente".
El yuan termina el año un 6,8 % más débil de lo que empezó con respecto al dólar estadounidense, una depreciación que se ha acelerado en las últimas semanas y que ha llevado el tipo de cambio a su mínimo desde 2008.
En este sentido, el banco central chino afirmó que su objetivo es "mantener la estabilidad básica del tipo de cambio del yuan en un nivel razonable y equilibrado".
Además, avanzó que tratará de aumentar la proporción de financiación directa en la economía y de "profundizar la reforma del sistema financiero".
El Banco Popular (MC:POP), que entre noviembre de 2014 y febrero de 2016 acometió seis rebajas de los tipos de interés y cinco de los coeficientes de caja -reservas obligatorias para los bancos-, ha frenado notablemente sus intervenciones en los últimos meses.
La segunda economía mundial, inmersa en una transición estructural hacia un modelo producto más apoyado en el consumo, los servicios y el sector privado, ha crecido un 6,7 % interanual en los tres primeros trimestres del año, frente a la tasa del 6,9 % que registró en 2015, la más baja desde 1990.