Los exportadores de la zona euro se enfrentan a un desafío sostenido en su competitividad, según un estudio del Banco Central Europeo (BCE) publicado el lunes. El informe destaca que los elevados costes energéticos y el lento crecimiento de la productividad laboral son factores clave que seguirán minando la competitividad de estos exportadores durante los próximos años.
El artículo del Boletín Económico del BCE reveló que los exportadores de la zona euro han ido perdiendo cuota en el mercado global, una situación que se ha agravado en los últimos años debido al aumento de los costes energéticos. Estos costes han reducido significativamente los márgenes de beneficio y han empujado a gran parte del sector industrial del bloque a una profunda recesión.
El BCE señaló que los problemas de competitividad podrían persistir, ya que se prevé que los costes energéticos se mantengan elevados. La dependencia de la zona euro de las importaciones de energía la hace particularmente vulnerable a los cambios en las condiciones del mercado global.
Acontecimientos recientes, como la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania, han puesto de manifiesto la susceptibilidad de la zona euro a los choques de suministro y costes de importación, potencialmente agravados por la fragmentación geopolítica.
Al comparar el crecimiento de la productividad, el estudio del BCE encontró que la zona euro está rezagada respecto a Estados Unidos. Entre 1995 y 2019, la productividad laboral por hora trabajada en EE.UU. aumentó aproximadamente un 50%, o un 2,1% anual, mientras que en la zona euro aumentó un 28%, o un 1% anual.
Esta brecha de productividad se ha ampliado notablemente desde el inicio de la pandemia, inicialmente debido a los esquemas de retención de empleo y posteriormente por el choque de precios energéticos, causado principalmente por el conflicto con Rusia.
Entre el cuarto trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2024, la productividad en la zona euro aumentó apenas un 0,9%, en contraste con un aumento del 6,7% en EE.UU. A pesar de estos desafíos, se espera cierta mejora a medida que los choques de oferta y los cambios en las preferencias de demanda global comiencen a disiparse. Sin embargo, el BCE advierte que, debido a las vulnerabilidades estructurales, es probable que los problemas de competitividad dentro de la zona euro persistan.
Reuters contribuyó a este artículo.
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