Por Sarah Marsh y Alejandro Lifschitz
BUENOS AIRES (Reuters) - El Congreso de Argentina aprobó el jueves una ley para reestructurar la deuda soberana, en busca de sortear una orden de la justicia estadounidense que forzó al país a caer en su segundo impago en poco más de una década.
Después de casi 16 horas de debate, los diputados aprobaron la iniciativa del Gobierno por 134 votos a favor y 99 en contra. El Senado había avalado la semana pasada el proyecto, que fue promulgado por la presidenta, Cristina Fernández, en la noche del jueves.
"Argentina va a pagar sus deudas con todos sus tenedores de bonos", destacó la mandataria al firmar la promulgación de la ley.
La norma permitirá a Argentina pagar su deuda emitida bajo leyes extranjeras, que ronda los 29.000 millones de dólares, en Buenos Aires o en ciudades fuera del alcance de la justicia estadounidense.
Además, abre la puerta para que los acreedores externos canjeen sus títulos emitidos bajo leyes extranjeras por otros papeles bajo jurisdicción del país sudamericano o Francia.
Argentina cayó a finales de julio en impago después de que sus acreedores no recibieran el pago por el cupón de un título Discount <ARDISCD= RASL>, porque el juez de distrito de Nueva York Thomas Griesa bloqueó el proceso de transferencia del dinero hasta que la nación compense a fondos de cobertura que tienen en cartera deuda impagada desde su incumplimiento de 2002.
La nación sudamericana logró renegociar con fuertes quitas la mayor parte de su deuda en default en 2005 y 2010, pero una minoría de acreedores liderados por fondos que Argentina considera "buitres" reclama el pago total de los bonos.
"Griesa es un hombre malo, un hombre senil, que dicta sentencias incorrectas, como mínimo", dijo durante el debate la líder de la bancada de diputados oficialistas, Juliana di Tullio, en referencia al magistrado de 83 años.
El nuevo impago llega en un momento delicado para la tercera economía latinoamericana, que este año puede contraerse por primera vez en más de una década, asfixiada por una de las tasas de inflación más altas del mundo, bajos niveles de inversión y la desconfianza de los consumidores.
POSIBLES OBSTÁCULOS
La nueva ley, que Griesa dijo viola sus órdenes, podría resultar ineficaz debido a problemas legales para implementarla y el escepticismo de los inversores.
"La propuesta se enfrenta a varias dificultades", dijo Alejo Costa, estratega en jefe del banco local Puente. "No esperamos una tasa de participación significativa, aunque el Gobierno enviará finalmente la señal que busca. Según su visión, ellos están haciendo lo que pueden para hacer el pago".
Si los bonistas se niegan a participar del canje, el Gobierno aún tiene la esperanza de que logrará reemplazar al Bank of New York Mellon como agente de pagos por Nación Fideicomisos, una filial del estatal Banco Nación.
Sin embargo, Nación Fideicomisos no cumple con los requisitos estipulados en los contratos de los bonos para encargarse de administrar su pago, como el de tener una licencia de operación en Nueva York.
La oposición a la presidenta Fernández utilizó ese argumento para votar en contra del proyecto en la Cámara baja.
"En nuestro criterio no se cumple con la cláusula (...) que establece los requisitos del domicilio y del capital del fondo" fiduciario, dijo en un discurso el diputado Mario Negri, jefe de la bancada de legisladores de la Unión Cívica Radical.
Bajo los términos del contrato de los bonos, el agente de pagos debe poseer un capital de al menos 50 millones de dólares y tener una oficina corporativa en Manhattan que opere bajo la ley estadounidense. Nación Fideicomisos no cumple con esos requisitos.
INCONSISTENCIAS
Pese a las inconsistencias y las dudas, la estrategia del Gobierno es contar con una herramienta que le permita depositar unos 200 millones de dólares por el cupón del bono Par que vence el 30 de septiembre.
Si luego esos fondos no llegan a los acreedores, como sucedió con el Discount, el Gobierno volverá a argumentar que cumplió con sus obligaciones y que los fondos depositados en el agente de pago ya no le pertenecen sino a los bonistas.
Ahora las miradas están sobre cómo reaccionarán las entidades de clearing, que junto con el agente fiduciario son partes clave del proceso de pago de los títulos.
Las posibilidades de que alguna de ellas solicite a Nación Fideicomisos la transferencia de los fondos que les corresponden a sus clientes son bajas, porque todas tiene sede u oficinas en Estados Unidos y Griesa les advirtió de que las consideraría en desacato si colaboran con Argentina.
El Gobierno dijo que está abierto a recibir propuestas de bonistas sobre otros potenciales agentes de pago o casas de clearing si están fuera de la jurisdicción de Griesa.
El magistrado bloqueó en junio los pagos de los bonos globales argentinos bajo ley estadounidense que el país emitió para reestructurar su deuda tras su default de 2002 hasta que compense con 1.330 millones de dólares más intereses a los fondos de cobertura liderados por NML y Aurelius.
La orden del juez, que Argentina dice es imposible cumplir porque la dejaría expuesta a demandas de acreedores con deuda reestructurada, también afectó el proceso de pago de los bonos emitidos en euros y yenes.
Capitanich afirmó que "siempre la República Argentina está dispuesta al diálogo para establecer las condiciones de negociación que permitan un proceso de reestructuración para el cien por ciento de los bonistas".
La presidenta Fernández ha acusado a Griesa de excederse en sus atribuciones y de violar la soberanía del país. La mandataria había anunciado el mes pasado el proyecto de ley para reestructurar la deuda como una manera de sortear el fallo.
Pero el ministro de Economía, Axel Kicillof, reconoció el martes que los acreedores tienen poco apetito por el nuevo canje de deuda.
"Sobre el canje (...) las partes que tienen alguna relación con la jurisdicción estadounidense podrían no estar dispuestas a cooperar con Argentina debido a las órdenes del juez Griesa que dijo que el canje era ilegal", dijo Ignacio Labaqui, un analista local de la consultora Medley Global.