Natalia Kidd
Buenos Aires, 3 sep (.).- El Gobierno argentino renovó hoy su optimismo por una pronta reactivación tras la multitudinaria marcha que este viernes llevó las protestas contra el Ejecutivo de Mauricio Macri desde diversos puntos de Argentina hasta las puertas de la Casa Rosada, en Buenos Aires, y que evidencia el clima de malhumor social por una economía que no despega.
A un día de la protesta, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, dijo hoy en declaraciones radiales que los manifestantes reclamaron "lo que consideran justo" y que en el Gobierno no son "ajenos al momento difícil", pero aseguró que "en poco tiempo" habrá en Argentina "oportunidades de crecimiento".
La denominada "marcha federal" fue convocada por distintos sindicatos para protestar contra los despidos, las medidas de ajuste y los aumentos de tarifas en los servicios públicos, pero terminó cosechando la adhesión de organizaciones sociales y políticas con reclamos propios para expresar a un Gobierno que apenas lleva nueve meses de gestión.
La masiva convocatoria se explica en gran parte por el poder de movilización de los sindicatos, en pleno proceso político de reunificación tras varios años de divisiones internas que debilitó al movimiento gremial durante el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015).
"Hay varios sectores importantes del entramado social y sindical, que están deliberadamente intentado armar una red bien estructurada contra las políticas que está implementando este Gobierno", dijo a Efe Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político.
Según el experto, en los últimos meses ha habido un aumento de la protesta social en las calles, un salto que no solo se explica por los reclamos sindicales sino también por "factores económicos que son innegables", como la inflación, la contracción del poder adquisitivo y la caída del empleo formal e informal.
Para Martin Polo, economista jefe de la consultora Analytica, Macri asumió la Presidencia en diciembre pasado con una Argentina en "serio riesgo de entrar en una crisis de balance de pagos", lo que le obligó a tomar "medidas impopulares", como la devaluación y el ajuste tarifario, lo cual aceleró la inflación, "profundizando una recesión que ya se venía gestando y golpeando al mercado laboral, con la pérdida de 100.000 puestos de trabajo".
Las medidas de ajuste, en particular el "tarifazo", golpearon a la clase media, cantera de votos del gobernante Frente Cambiemos, cuya esperanza de aires nuevos con la llegada de Macri al poder "mutó por malhumor", observó Giusto.
El Gobierno había prometido que el clima económico mejoraría en el segundo semestre del año, pero la reactivación de momento no se ve, aunque el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, aseguró hoy que hay sectores, como el agropecuario, que muestran signos de recuperación.
Según los últimos datos oficiales disponibles, la actividad económica en Argentina cayó un 4,3 % en junio pasado respecto al mismo mes de 2015 y en la primera mitad del año acumuló un retroceso del 1,3 %.
"La recesión que estamos viviendo no es nuestra, sino que la heredamos. Nosotros logramos ordenar una cantidad de variables sin afectar el ritmo de caída", dijo hoy Prat-Gay en declaraciones al diario La Nación.
El ministro dijo que "seguramente hacia el final de este año o el principio del año que viene" serán más "los sectores que ya arrancaron y menos los que vienen cayendo como producto del régimen anterior", un pronostico con el que coincidió Polo.
El Gobierno está enfocado en conseguir inversiones extranjeras para acelerar la recuperación. De hecho, este mes celebrará en Buenos Aires un gran foro empresarial para atraer desembolsos.
Polo dijo a Efe que "las inversiones están llegando", pero advirtió que "nadie va a traer mucho dinero" solo unos meses de haber cambiado el gobierno y "con muchas debilidades políticas y sociales, como lo vemos ahora con esta marcha federal".
Éste es un punto con el que coincide Giusto, quien marcó que "la economía también mira esta marcha federal" y que "los inversores necesitan descifrar otros aspectos que no tienen que ver con la macroeconomía".
"Los cambios en la economía deben tener un correlato con la gobernabilidad en el plano social. Si Macri quiere que vengan inversiones fuertes, todo esto también tiene que estar resuelto", consideró.