El plan brasileño de aplicar un nuevo impuesto a los multimillonarios más ricos del mundo se enfrenta a una oposición de última hora en la reunión de dos días de los líderes del G20 en Río de Janeiro.
En declaraciones a la prensa antes de la reunión, la ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, dijo que había "algunas objeciones sobre cuestiones relacionadas con la agenda climática, la agenda financiera y, especialmente, el impuesto a los superricos", mientras intenta elaborar una declaración común.
En una reunión celebrada en julio también en Río, los 20 ministros de Finanzas reconocieron que las desigualdades de riqueza e ingresos socavan el crecimiento económico y la cohesión social.
Acordaron por primera vez "cooperar para garantizar que las personas con patrimonios muy elevados sean efectivamente gravadas", pero este compromiso aún debe concretarse y traducirse en acciones.
Silva no mencionó los países que ahora plantean objeciones, pero hay informes de que el presidente de Argentina, Javier Milei, está adoptando una postura cada vez más dura en este asunto.
Ante tal escenario, Brasil podría ajustar la redacción del comunicado conjunto de los 20 países, o firmarlo en nombre de 19 países con un párrafo explicando la posición del país disidente, dijeron a 'Euronews' fuentes cercanas a las negociaciones.
Argentina ya se negó a firmar una declaración ministerial sobre el empoderamiento de la mujer en el G20, y se retiró el tercer día de la cumbre del clima COP29 en Bakú, Azerbaiyán.
Países como España, que junto con Francia y Sudáfrica han sido los principales defensores públicos de la propuesta de Brasil, están presionando a otros líderes para que muestren valentía en este asunto. "Hay un momento en el que hay que ser valiente y hacer las cosas que uno está convencido de que son correctas", instó el lunes a sus homólogos el ministro español de Economía, Carlos Cuerpo, durante una visita a Londres.
"Aquí hay un elemento de redistribución de la riqueza que, si escuchamos con atención los resultados de muchas de las elecciones que han tenido lugar en los últimos años, ha sido demandado por nuestros ciudadanos. Así que tenemos que responder de alguna manera", añadió.
Cuerpo ha subrayado anteriormente que el primer paso sería crear una base de datos de los ingresos y activos de las personas consideradas internacionalmente como ultra ricas. Los planes para gravar a los 3.000 multimillonarios más ricos del mundo se basan en una propuesta formulada el año pasado por el economista francés Gabriel Zucman, quien sostiene que el cierre de la laguna fiscal mediante un gravamen del 2% sobre la riqueza podría recaudar hasta 250.000 millones de dólares (230.000 millones de euros).
Oxfam calcula que el 1% más rico de los países del G20 acapara actualmente el 31% de la riqueza total, frente a la cuarta parte (26%) de hace dos décadas. "Los líderes de la Cumbre de Río pueden poner fin al asalto fiscal que durante décadas han llevado a cabo los ultrarricos. Sólo entonces podremos empezar a cerrar las brechas de desigualdad que desgarran nuestras sociedades", declaró Viviana Santiago, directora ejecutiva de Oxfam Brasil, antes de la reunión.