Judith Mora
Liverpool (R.Unido), 23 sep (.).- El presupuesto que la ministra británica de Economía, Rachel Reeves, presentará el 30 de octubre revelará las claves de su apuesta económica, después de que este lunes reiterara su ambición de generar crecimiento sin subir los impuestos básicos y con una estricta contención del gasto.
Reeves dijo ante el congreso anual del Partido Laborista en Liverpool (noroeste de Inglaterra) que en ese presupuesto habrá "verdadera ambición", y descartó "un regreso a la austeridad conservadora" de recortes en los servicios públicos, mientras que al mismo tiempo prometió disciplina fiscal.
Aunque muchos economistas consideran positivo que el Gobierno fomente la expansión de la ralentizada economía -por ejemplo con facilidades para la construcción de infraestructuras-, advierten de que basarse en eso para aumentar los ingresos del Estado es una apuesta cuyo resultado no está garantizado.
La financiación del gasto público
"Desear que haya crecimiento e incluso legislar para favorecerlo es una cosa, pero otra muy distinta es lograrlo", declaró a EFE Greg Thwaites, director de investigaciones del centro de estudios Resolution Foundation.
Thwaites señaló que el crecimiento "dependerá en buena parte de cuestiones globales", como el impacto de la geopolítica en las cadenas de suministro o los tipos de interés, que afectarán al pago de la deuda.
El académico observó que el Ejecutivo laborista limitó mucho sus opciones para financiar el gasto al comprometerse durante la campaña electoral a no endeudarse ni incrementar los principales impuestos -valor añadido (IVA), contribución a la seguridad social y el de la renta- ni tampoco el de sociedades.
Thwaites consideró, no obstante, que Reeves aún tiene un pequeño margen de maniobra si en su propuesta presupuestaria aumenta otras tasas, como las del patrimonio o ganancias de capital.
Esfuerzos por generar optimismo
Durante su intervención ante las bases, Reeves, criticada previamente por su discurso agorero, se esforzó por proyectar optimismo, al destacar el gran potencial del Reino Unido si ahora toma las decisiones correctas.
Ese optimismo "funcionó con los afiliados, a juzgar por los aplausos que recibió", pero está por ver si se recupera la confianza del consumidor, que bajó en las últimas semanas ante el aviso de "decisiones difíciles" en el presupuesto general del Estado, recordó Thwaites.
Chris Hayward, presidente de política del Ayuntamiento de la City (distrito financiero de Londres), aplaudió esa "visión positiva" y deseó ver los detalles de la inminente estrategia industrial.
"Para impulsar la recuperación económica, necesitamos un entorno fiscal estable y competitivo, una regulación proporcionada que fomente la innovación y la eliminación de las barreras que impiden que las empresas prosperen", dijo a EFE.
Por su parte, Tina McKenzie, su homóloga en la Federación de Pequeñas Empresas (FSB), celebró el enfoque del nuevo Gobierno laborista en las pymes y confió en que el día 30 incluya medidas favorables, como la rebaja de las tasas comerciales.
También advirtió de que el Ejecutivo del primer ministro, Keir Starmer, "debe tener mucho cuidado de no frenar el empleo y la inversión" con su reforma prevista de la legislación laboral para ampliar ciertos derechos de los trabajadores.
Críticas 'tories'
El ministro de Economía del anterior Gobierno conservador, Jeremy Hunt, acusó a su sucesora de propagar "una gran mentira" al reiterar que heredó de él un "agujero" presupuestario este año de 22.000 millones de libras (más de 26.000 millones de euros).
Hunt defendió que unos 10.000 millones decidió gastarlos ella al conceder aumentos salariales a funcionarios, algo sobre lo que él aún no había decidido si bien estaba contabilizado como gasto.
Tras la alocución de Reeves, el sector económico espera a escuchar el tono que emplea Starmer al pronunciar mañana, martes, su primer discurso ante las bases desde su llegada al poder el pasado 4 de julio.