MADRID (Reuters) - El rey de España, Felipe VI, firmó el martes el decreto de convocatoria de elecciones para el 26 de junio, dando por finalizada la legislatura más corta de la democracia española tras la incapacidad de sus partidos para pactar un Gobierno en los cuatro meses transcurridos desde los comicios de diciembre.
El presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López, acudió al Palacio de la Zarzuela para refrendar el decreto de disolución de las Cámaras y de convocatoria de los nuevos comicios, cuya publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) pone en marcha los diversos plazos legales para volver a las urnas.
"Espero que todos hayamos aprendido la lección y el siguiente Congreso llegue a un acuerdo suficiente (para formar Gobierno) lo antes posible", dijo López en rueda de prensa tras regresar de su encuentro con el rey en Zarzuela, anunciando que la sesión constitutiva de las nuevas Cámaras será el 19 de julio.
La gran cuestión en el aire de cara a las nuevas generales es si los resultados del 26-J arrojarán o no un escenario lo suficientemente diferente al del 20-D como para que los políticos puedan desbloquear esta vez lo que han sido incapaces de acordar hasta ahora.
El presidente del Congreso utilizó un tono de reproche a los partidos por permitir esta situación inédita en la historia democrática española y no saber cumplir el mandato ciudadano de llegar a un acuerdo.
"Dialogar, negociar, pactar pueden ser palabras viejas pero desde luego son fundamentales para estos nuevos tiempos (...) El pacto ni es, ni debe suponer, traición o renuncia a las posiciones propias, sino el reconocimiento del otro como alguien igualmente legitimado para mantener posiciones discrepantes", dijo.
¿ESCENARIO SIMILAR EL 26-J?
La mayoría de las encuestas apuntan sin embrago a que el estancamiento político no acabará con los nuevos comicios, al repetirse previsiblemente este verano un equilibrio de fuerzas parecido entre izquierda, centro y derecha, con el conservador Partido Popular nuevamente despuntando como el más votado pero sin mayoría absoluta.
Entre los elementos que podrían alterar los resultados el 26-J está el esperado incremento de la abstención, que teóricamente podría beneficiar al PP, y la hipotética coalición entre Podemos e Izquierda Unida, que podría superar al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y relegarle al tercer puesto.
También hay sondeos que señalan que el PP podría sumar la ansiada mayoría absoluta si lograra el apoyo de los liberales de Ciudadanos, que podrían incrementar su porcentaje de votos pese a seguir en el cuarto puesto y ser claves para actuar de bisagra.
López, que reconoció que el país tendrá que afrontar reformas que impidan situaciones de vacío legal que se han producido en estos inéditos cuatro meses, hizo un llamamiento a los electores a acudir a votar pese al hastío ante la situación: "Que los ciudadanos expresen su frustración a través de las urnas".
El porcentaje de españoles que considera mala o muy mala la situación política del país no ha dejado de aumentar desde diciembre, entre una creciente impaciencia hacia los políticos, que si no ceden y abandonan sus vetos cruzados podrían llevar a España a más meses de parálisis política que podría empezar a hacer mella en la economía.