Bruselas, 22 ene (EFE).- Los diferentes grupos políticos en la Eurocámara acogieron hoy con cautela el nuevo programa de compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE), al ver con escepticismo algunos detalles y recordar que no se trata de una "varita mágica" y que hacen falta reformas consolidación e inversiones en la eurozona.
El eurodiputado del PSOE y miembro de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, Jonás Fernández, afirmó que "los halcones" han logrado que solo el 20 % de las compras de deuda del BCE se quede en su balance, porque el resto se quedará en el de los bancos centrales nacionales y eso es una "mala noticia".
Opinó que como contrapeso "las palomas" han logrado que el volumen de compras de deuda sea un 20 % superior a lo rumoreado previamente al llegar a 60.000 millones de euros al mes frente a 50.000 millones que se habían citado antes del anuncio.
A su juicio "ahora toca que el plan de inversiones del presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker y la revisión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento del comisario socialista, Pierre Moscovici, invierta esa enorme liquidez y aceleremos de una vez la salida de esta penosa crisis".
El vicepresidente de la esta comisión europarlamentaria y representante del PP, Pablo Zalba, consideró que el programa desvelado hoy por el presidente del BCE, Mario Draghi, "no es la solución a los problemas a los que nos enfrentamos" sino que "es parte de la solución a los retos que tiene por delante la Unión Europea" (UE).
Zalba cree que, si las medidas de estímulo van acompañadas por reformas y procesos de consolidación fiscal nacionales, tendrán un efecto muy positivo en el crecimiento económico, la creación de empleo y ayudarán además a combatir la falta de crédito que afecta principalmente a las pymes.
Sin embargo, advirtió, "la política monetaria por sí sola no funcionará, es necesaria una acción conjunta", en referencia a la necesidad de que los países continúen con las reformas y la consolidación fiscal.
El eurodiputado de Convergència Ramon Tremosa (liberaldemócrata), igualmente miembro de la comisión económica en el Parlamento Europeo (PE), se mostró escéptico sobre la eficacia que puedan tener las compras de deuda del BCE para combatir la crisis económica.
Dijo que "en una economía hiperbancarizada como la europea, con unos mercados financieros poco desarrollados, muchos estudios dicen que comprar deuda pública no aumentará los préstamos a la economía real y que posiblemente provocará una nueva burbuja en el mercado bursátil".
También lamentó que algunos gobiernos estén más pendientes de reclamar compras masivas de deuda al BCE que de hacer reformas estructurales para mejorar la competitividad de su economía.
Otros eurodiputados y líderes de fuerzas políticas en la Eurocámara reaccionaron de manera similar.
El líder de ALDE, Guy Verhofstadt, consideró que el BCE ha tenido que actuar porque los "líderes han fracasado a la hora de afrontar adecuadamente la crisis".
En su opinión, los Estados miembros, sobre todo Francia e Italia, deben hacer las reformas necesarias, y la CE proponer con urgencia un paquete legislativo para abrir el mercado interior y hacerlo más atractivo para compañías innovadoras.
También cree que todos los países deben comprometerse con el plan de inversiones para que éste pueda funcionar.
Para la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, el lanzamiento del nuevo programa de compra de deuda del BCE significa "el fracaso de las políticas ultraliberales de la UE y del euro, que no ha sabido traer la prosperidad que se prometía en el tratado de Maastricht".