Teherán, 12 mar (EFE).- El Gobierno iraní exhibió hoy el "milagro económico" obtenido en su año y medio de gestión, en que logró el control de la inflación y la vuelta al crecimiento pese a las sanciones internacionales que pesan sobre el país y el bajo precio del petróleo.
En una entrevista publicada por la agencia oficial IRNA, el ministro de Finanzas y Economía, Ali Tayebnia, destacó que las medidas implementadas por el Ejecutivo que preside Hasán Rohaní, que asumió el cargo en agosto de 2013, han llevado la inflación de un 40 a un 15 %, al tiempo que la economía volvió a crecer tras caer un 5,6 % el último año de gobierno bajo la anterior administración iraní.
En ese sentido, fuentes oficiales estimaron también hoy que el próximo año iraní, que arranca el próximo 21 de marzo, la economía del país asiático crecerá un 2,5 %.
"La estabilidad económica, la regulación de mercados son esenciales para la prosperidad y el crecimiento de la economía nacional. Por eso decidimos centrarnos en controlar la inflación", indicó el ministro a la hora de explicar las políticas que aplicó.
Para Tayebnia, la inflación acumulada en el país en los últimos años fue causada por los sucesivos déficit presupuestarios, que se vieron agravados por la abrupta caída del precio del petróleo y la sucesiva falta de ingresos del Estado, que se vio obligado a emitir moneda para cubrir sus gastos.
"Este gobierno ha hecho todo lo posible para detener estos déficit y recortar gastos excesivos, además de esforzarse en incrementar los ingresos para controlar la inflación", añadió.
Así, el ministro apuntó que los ingresos fiscales se incrementaron un 47 % desde marzo de 2014.
También crecieron los ingresos de las aduanas, para lo que ayudó el alza de las exportaciones no petrolíferas, que alcanzaron los 42.500 millones de dólares en los últimos diez meses.
El ministro añadió que si estas políticas se mantienen, es probable que la inflación baje a un solo dígito el próximo año.
Rohaní asumió el gobierno con la promesa de mejorar la economía y desde el primer momento se lanzó a reformar la situación que dejó su predecesor, Mahmud Ahmadineyad (2005-2013), devolviendo la independencia al Banco Central de Irán y apoyando con firmeza al sector privado, la creación de empresas, y el impulso a la producción.