Bruselas, 9 nov (.).- La Comisión Europea (CE) insistió hoy en que la economía griega despegará en 2017, al pasar de la contracción a un robusto crecimiento del 2,7 % el año que viene y del 3,1 % el siguiente, pero advirtió de que esta senda se podría torcer si se complican las negociaciones con sus acreedores sobre las reformas.
"Se espera que el crecimiento del PIB remonte gradualmente durante la segunda mitad del año", afirma la Comisión en sus previsiones macroeconómicas de otoño, en las que mantiene sin cambios las cifras de crecimiento del país para este año (-0,3 %), el próximo (2,7 %) y el siguiente (3,1 %).
La CE, que forma parte de las instituciones acreedoras de Grecia que controlan la marcha de los rescates al país, relaciona este "fuerte crecimiento" a la mejora del sentimiento económico logrado tras el fin de la primera revisión del programa (de rescate) en octubre, que ha dado paso a una nueva ronda de negociaciones.
También a que las empresas disponen de una mayor liquidez, después de que el Gobierno heleno saldase deudas con sus proveedores, una de las condiciones del rescate y para lo que se hizo un pago específico al país de 1.000 millones de euros.
Grecia es la única economía con un crecimiento negativo en 2016 en la Unión Europea (UE) este año, lo que según la CE no impide que el país se sitúe en 2017 entre los países con una expansión más notable, superando incluso a España (2,3 %) y el resto de grandes economías europeas, según las previsiones de la CE.
Los riesgos a la baja que percibe Bruselas provienen de que las negociaciones sobre las reformas asociadas al rescate griego que mantienen Atenas y sus socios se compliquen, y de factores externos como las tensiones geopolíticas en la región vecina o la crisis de refugiados.
Bruselas señala también que espera que el país cumpla este año con su objetivo de alcanzar un superávit primario del 0,5 % del PIB, gracias a un aumento de los ingresos propiciados por una mayor recaudación del IVA y de impuestos a los ingresos corporativos.
No obstante, ciertos "patinazos" -en la partida de salarios y en la sanidad- compensaron a la baja estos ingresos, lo que no impidió que el déficit nominal cayera al 2,5 % este año.
La Comisión prevé que el desvío se reducirá aún más el próximo año, hasta el 1 %, para entrar en terreno positivo en 2017 y sumar un superávit del 0,9 %.
No obstante, avisa de que los principales riesgos a los que se expone el país es que continúen este tipo de "derrapes" en los gastos o que Atenas no cumpla con las reformas acordadas en sectores como las pensiones, que la CE ve que corren un "alto peligro en su aplicación".
Esta evolución de la situación fiscal y el crecimiento permitirán al país comenzar a bajar su deuda pública, la más elevada de Europa con diferencia, después de que toque techo este año en el 181,6 %, para caer al 179,1 % en 2017 y al 172,4 en 2018.
La CE recalca también que el mercado laboral se comportó mejor de lo esperado en la primera mitad de este año, de modo que se cerrará 2016 con una tasa de paro del 23,5 %, para seguir disminuyendo hasta el 22,2 % y el 20,3 % en los dos próximos ejercicios.
La inflación, por su parte, pasará del 0,1 % este año al 1,1 % en 2017 y el 1 % en 2018.
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