Lisboa, 14 jul (EFE).- El presidente de la Comisión del Mercado de Valores (CMVM) lusa, Carlos Tavares, propuso hoy cambiar el papel comercial del colapsado Banco Espírito Santo (BES) por deuda subordinada del Novo Banco, la entidad creada tras su resolución.
Durante una comparecencia en el Parlamento, Tavares sugirió esta solución para los 2.500 clientes del BES afectados por la venta de papel comercial, un instrumento de deuda a corto plazo que fue colocado a ahorradores como un producto de inversión de bajo riesgo.
A su juicio, el intercambio del papel comercial por deuda subordinada es la única solución viable, ya que de esta manera no afectaría a los niveles de capital de Novo Banco y se protegería la reputación de la entidad.
"Es también una salvaguarda del buen nombre y de la confianza en el sistema financiero. Las instituciones financieras tienen que tener presente que su palabra también es uno de sus activos", consideró.
Tavares explicó que es razonable que si los clientes afectados por el papel comercial eran acreedores del BES, ahora pasen a ser acreedores del Novo Banco.
Desde la crisis que llevó a la extinción del BES en el verano del 2014, la asociación de afectados por el papel comercial ha pedido una solución para que se les devuelva el dinero que invirtieron en este producto.
En los últimos meses, la CMVM, el Banco de Portugal y el Novo Banco han protagonizado desacuerdos sobre quién debería encargarse de buscar una solución para estos clientes.
Tavares defendió hoy que la solución que propone, que tendría que poner en práctica Novo Banco, "no es una posición contra el Banco de Portugal sino a favor de los clientes".
El Banco de Portugal decidió intervenir el BES en agosto de 2014 tras detectar irregularidades en sus cuentas y dividió la entidad en dos: una parte con sus activos tóxicos que mantuvo su denominación original y otra con los activos saludables llamada "Novo Banco".
El papel comercial se incluyó entre los activos tóxicos del BES, por lo que no fue a parar a Novo Banco, lo que en la práctica dificulta su recuperación.
En total, se calcula que los clientes afectados por el papel comercial del BES ascienden a 2.500 y su inversión, todavía sin devolver, es de unos 550 millones de euros.