Era lo que les faltaba a los mercados para echarse a temblar por China. La actividad del enorme sector manufacturero del gigante asiático retrocedió en agosto hasta entrar en contracción, y marcó su tasa más baja desde hace tres años. También el sector servicios, hasta ahora uno de los motivos de orgullo de Pekín, da signos de que empieza a flojear.
Los datos conocidos este martes alimentan el temor a que la segunda mayor economía del mundo se esté frenando bruscamente, unos temores que ya se encuentran en el centro de todas las preocupaciones, tras el desplome bursátil de este verano, la devaluación del yuan en agosto y las débiles cifras económicas.
China ya ha recortado los tipos de interés cinco veces desde noviembre y se espera que su banco central vuelva a mover ficha.