Río de Janeiro, 27 sep (.).- Las perspectivas para la economía de Brasil están mejorando tras una profunda recesión, pero la recuperación será difícil, según un informe sobre el país divulgado hoy por la agencia de calificación de riesgo Moody's.
La agencia de medición de riesgo prevé que el PIB de la mayor economía de Sudamérica se contraerá este año un 3,5 % tras haber caído un 3,8 % en 2015, su peor resultado en 25 años, pero comenzará a recuperarse en 2017, para cuando espera un crecimiento económico del 0,5 %.
"La recuperación será conducida principalmente por la inversión de las empresas gracias al aumento de la confianza y a la necesidad de las compañías de elevar su producción para recomponer los inventarios reducidos", asegura el informe.
Las proyecciones de la agencia de calificación son menos optimistas que las divulgadas hoy por el Banco Central brasileño, que espera para este año una contracción económica del 3,3 % y para el próximo una recuperación más sólida, con un crecimiento del 1,3 %.
El emisor brasileño, sin embargo, coincide en que la recuperación será impulsada por las inversiones debido a que el consumo de los brasileños aumentará de forma más lenta.
Moody's considera que inversores, empresarios y consumidores comenzaron a recuperar la confianza con el fin de la incertidumbre política en Brasil tras la destitución definitiva de la presidenta Dilma Rousseff y su sustitución por Michel Temer el 31 de agosto pasado.
"La conclusión del juicio político para destituir al presidente permitió que el Gobierno Temer prosiguiese con políticas de inflación fiables y medidas para fortalecer la disciplina fiscal. Las medidas propuestas son vitales para aliviar las preocupaciones de los inversores y mantener los flujos de capital, así como para impulsar la confianza", asegura el informe.
Las primeras medida anunciadas por Temer como presidente fueron un duro ajuste destinado a reducir el creciente déficit y la deuda pública histórica y a recuperar la confianza.
La agencia de medición de riesgo cree que la estabilización en el nivel de uso de la capacidad instalada de la industria, que venía cayendo y aún permanece en sus mínimos históricos, demuestra que los empresarios comenzaron a recuperar la confianza.
Moody's, sin embargo, advierte de que los efectos recesivos aún pesan sobre la calidad del crédito y que la mejoría del crédito aún demorará un tiempo.
"La estabilización de las condiciones económicas ayudará a frenar el estrés financiero de las empresas y sustentará mejorías modestas de su desempeño, pero las condiciones restringidas de liquidez, las altas tasas de intereses y el desempleo seguirán pesando en la economía por lo menos hasta finales de 2017", dijo el vicepresidente sénior de Moody's, Gersan Zurita, citado en el informe.
Ello debido a que, según la agencia de calificación, ante el actual escenario, los bancos mantendrán su aversión al riesgo y tan sólo comenzarán a elevar sus carteras de prestamos cuando sientan que la confianza mejoró.
Así como las otras dos grandes agencias de calificación, Moody's redujo la nota de Brasil hasta Ba2, dos escalones por debajo del grado de inversión y un nivel que considerado como especulativo.
Brasil perdió el llamado grado de inversión, por el que era considerado como país seguro para la inversión, no sólo por la recesión que su hundió su economía, sino principalmente por el aumento del déficit fiscal público hasta su mayor nivel histórico durante el Gobierno de Rousseff.